El sector comercio creció en diciembre del 2022, pero a la menor tasa del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En particular, en diciembre pasado, mes marcado por la escalada de protestas con foco en el sur del país, el sector creció apenas 1.8%, mientras que los registros de los meses previos fueron cercanos a 3% (incluso en el primer trimestre se reportaron tasas de más de 7%).
Isaac Foinquinos, economista senior de Macroconsult, estimó que en los primeros meses del 2023 las tasas de incremento serán similares o menores a las de diciembre, debido al impacto de las protestas y paralizaciones en contra del Gobierno.
“No se espera que el sector comercio esté fuerte luego del primer trimestre; es posible que las tasas converjan más al 2%. Esperamos que en el año el crecimiento (del sector comercio) se desacelere y termine en 2.1%”, indicó.
Explicó que la actividad comercial responde a directamente a la dinámica del consumo privado, que viene en desaceleración desde el año pasado, y que, según analistas, seguiría debilitándose.
Esto último se explica por la inflación, que aún no cede, y también por la menor inversión privada (afecta empleos y salarios), que apunta a contraerse nuevamente al igual que en el 2022.
“Nuevos retiros de las AFP, que fue un punto que impulsó al consumo en gran parte del año, no tendrían el mismo efecto que el año pasado. Considerando esto, si la inversión privada cae, se generan menos puestos de trabajo, y afecta nuevamente al consumo”, anotó.
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¿Cómo gestionan el escenario los negocios comerciales?
Daniel Hermoza, director de Mypes Unidas del Perú, señaló que el panorama descrito afecta cada vez más a las empresas vinculadas al comercio, que han actuado a través de ahorro de costos y ofertas “agresivas”.
“Se siente como un periodo recesivo para el comercio minorista. La gente consume menos, y los pequeños negocios actúan con ofertas para evitar que las personas se vayan a buscar otras opciones”, afirmó.
Respecto de los costos, mencionó muchos pequeños negocios han prescindido de trabajadores o les reducen las horas de trabajo.
Asimismo, Hermoza señaló que, por ejemplo, las bodegas están tratando de racionar el uso de electricidad, que es una de las grandes quejas de estos actores del comercio minorista.
“La inflación no solo afecta al consumo mismo, sino también a las mismos negocios cuando quieren reponer su stock; suben gastos y no siempre lo hacen los precios. Hemos visto negocios que han desconectado las refrigeradoras que les dejan las marcas para exhibir sus productos; tratan de pasarlos todos a una sola para ahorrar luz”, apuntó.
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Por su parte, el exvicepresidente del gremio de la pequeña empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Jorge Ochoa, indicó también las estrategias para ahorrar costos a través de negociación con sus proveedores.
“Los negocios, sobre todo ante las protestas, han tratado de reducir sus costos al mínimo, pero esto no siempre es fácil y hay más sensibles que otros. Lo más probable es que algunos hayan terminado por despedir gente o los hacen trabajar a medio tiempo. También se solicitan facilidades de pago o rebajas con los proveedores, lo que tampoco es sencillo siempre”, indicó.
Agregó que los pequeños negocios comerciales, por lo pronto, no están pensando en planes de ampliarse, y que mas bien buscan liquidez rápido para sostener sus operaciones.
“El impacto de un menor consumo privado e inversión en el sector comercio es gradual, por lo que estarían atentas ahora a si hay una nueva escalada de violencia. Las empresas comerciales son de movimiento rápido, por lo que algunas están optando por instrumentos como factoring, para que se tenga un flujo de dinero rápido”, indicó.
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Dato
- El sector comercio cerró con un crecimiento anual de 3.3% en el 2022.