(Foto: Gonzalo Córdova | GEC)
(Foto: Gonzalo Córdova | GEC)

En junio último, el Poder Ejecutivo amplió hasta el 30 de setiembre la inclusión del Gas Licuado de Petróleo a Granel (GLP-G) en el Fondo de Estabilización de Precios a los Combustibles (FEPC) a fin de evitar el incremento de su valor, ante la alta inestabilidad de los precios internacionales del petróleo y de sus derivados.

La inclusión del GLP-G en el FEPC inicialmente vencía el 27 de junio. Al respecto la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL) indicó que esta situación acabará con la estabilidad en el precio del GLP vehicular de los meses recientes y, por ende, se verán afectados los más de 650,000 usuarios en todo el país que utilizan dicho recurso en sus vehículos.

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Agregó que es de suma importancia ampliar la vigencia del GLP-G en el FEPC, pues –dijo– esta acción “ha permitido una rebaja inicial en el precio de venta de GLP para vehículos en gasocentros y en estaciones de servicio y, principalmente, ha dado estabilidad en la economía de los usuarios, siendo muchos de ellos personas que se dedican al transporte de pasajeros”, en un contexto de alza de los precios internacionales.

Esta decisión impacta directamente en el GLP destinado a los gasocentros y estaciones de servicio para despacho, de acuerdo con las condiciones de seguridad y normas vigentes, como el GLP vehicular a unidades autorizadas.

Otros beneficios de esta medida–señala la SPGL– han sido la disminución del contrabando interno de GLP que por años ha financiado actividades ilegales como la producción de balones no seguros, que solo perjudican la integridad de los consumidores en un mercado que atiende la necesidad de cerca de 8 millones de hogares en el país que utilizan el GLP como fuente principal de energía.

Se hace más que necesario ampliar la permanencia del GLP-G en el fondo. Si lo retiramos, perderemos todos los efectos positivos que hemos ganado y el precio del balón de GLP podría incrementarse”, advirtió el gremio.

Los vehículos convertidos a GLP –indica la SPGL– forman un importante conjunto de consumidores de combustibles, que han buscado una solución a sus gastos en energía para sus actividades diarias.

Igualmente están los comercios e industrias, que tienen impactos en sectores como la producción avícola nacional y procesos alimentarios, y que utilizan el recurso en sus operaciones cotidianas, relacionados a consumos básicos de la canasta básica familiar y a actividades diarias de miles de establecimientos de micros y pequeñas empresas.