El crecimiento que se espera en la producción eléctrica en el 2022 es de 7.8% y es muy poco probable que la cifra sea mayor, pues no hay proyectos de demanda importantes que puedan aparecer tan pronto, señaló Cesar Butrón, presidente de directorio del Comité de Operaciones del Sistema Interconectado Nacional (COES).
Indicó que esta proyección podría tener correcciones a la baja por el lado de los conflictos sociales y que se soporta en proyectos como el inicio de operaciones de la Refinería de Talara, del proyecto Quellaveco, así como de ampliaciones de las operaciones de Mina Justa, Toromocho y de Aceros Arequipa.
“El crecimiento proyectado de 7.8% para el 2022 puede parecer auspicioso, pero no es por nuevos proyectos de inversión, sino por aquellos que venían de antes y recién se han concretado. Si alguna de estas operaciones previstas tiene retrasos entonces automáticamente la proyección se iría hacia abajo. Nunca se había visto minas que paralizaran completamente sus operaciones como sucedió en el 2021. Si esto ocurre la tasa caería”, manifestó.
Respecto a nuevas fuentes de demanda de energía eléctrica como el uso de autos eléctricos, el representante del COES, mencionó que no se espera que el consumo de este tipo de vehículos sea preponderante en el 2022, sino más bien en unos cinco años. “Es algo que viene muy lento en el Perú, por lo que el consumo sería insignificante respecto a la demanda total del sistema”, indicó.
Para el 2023 el crecimiento estimado caería a 4.1%, pues no se avizoran nuevos grandes proyectos que demanden más energía, señaló.
Sobre las tarifas eléctricas
Según Butrón, no se ve ninguna razón para que haya variaciones significativas en los costos de producción dela electricidad que puedan afectar la tarifas, aunque sí por el lado del reajuste de las mismas que implica variables como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el tipo de cambio.
“El precio al cliente final es competencia del Osinergmin. Sin embargo, podemos decir que, a nivel de costos de producción, no habría ninguna presión a subir las tarifas. Por otro lado, las variaciones en el tipo de cambio impactarían en las tarifas”, indicó.
Agregó que se tiene que tomar en cuenta también la renovación de contratos de los usuarios libres (mineras, por ejemplo) con las generadoras, las cuales serían a un precio posiblemente mayor.
“A partir del 2015 hubo una sobreoferta a los precios declarados de gas, lo que provocó que usuarios libres consiguieran contratos con precios bajos. Sin embargo, el año pasado se aplicó una modificación normativa respecto al precio del gas provocando que los costos marginales (que se consideran en los precios de contrato) se triplicaran. Conforme vayan venciendo los contratos, los nuevos precios se estarían adecuando a los nuevos costos marginales. Es un tema que se verá caso por caso”, dijo.
Entrarían en vigencia en el 2022
Todos los proyectos de generación de energía que se contemplaban para este año, según Butrón, ya han sido “lanzados”; es decir, es seguro que entren en vigencia.
“Esencialmente son proyectos renovables que vienen de antes. La Refinería de Talara debería entrar este año con su planta de generación, luego está la central Las Flores y la central hidroeléctrica Centauro. No hay nada más que se espere para el 2022″, afirmó.
Asimismo, dijo que hay proyectos que tienen previsto su inicio de obras en el 2022. “Está la central eólica Wayra 2, la central solar de Clemesi, y el parque eólico de Punta Lomitas. Todas estas entrarían a operar entre el 2023 y 2024″, precisó.