Puno es el último punto focal de las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso. La región —en la que, en enero, murieron 17 personas en un mismo día durante los enfrentamientos— sigue bloqueada por los manifestantes en diversos puntos, incluyendo Desaguadero, una de las fronteras terrestres con Bolivia.
Como consecuencia, las cifras de comercio formal con el país vecino se desplomaron en enero del 2023. Y en febrero habrían llegado a cero, según la cámara de comercio de la región. De mantenerse el bloqueo, el problema alcanzaría al resto del Perú, dado que por ahí entraban productos destinados a la agricultura.
Enero fatal
Actualmente, según el mapa de alertas de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), existen 16 vías a nivel nacional con tránsito interrumpido. Todas son carreteras que conectan con Puno. Esto incluye la frontera con Bolivia.
“La única forma para el transporte de personas es vía lacustre (por el Lago Titicaca), previo chequeo de Migraciones en el muelle de Puno. El tránsito fronterizo está restringido por los bloqueos en la ruta Puno-Desaguadero y Puno-Kasani”, asegura Francisco Aquise, presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Puno (CCPP).
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Tener parado Desaguadero es catastrófico para el comercio internacional. “Es la segunda aduana más importante en transporte terrestre. Su intercambio comercial alcanzó los US$ 1,175 millones en 2022. El 98% del valor de comercio por Desaguadero tiene como destino y origen Bolivia”, asegura Teresa Mera, viceministra de Comercio Exterior a Gestión.
Los indicadores económicos ya reflejan una caída en picada del comercio con el país vecino durante enero. Según cifras de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), el intercambio comercial con Bolivia cayó cerca de 65% en comparación al mismo mes del año pasado. En enero del 2022, el comercio fronterizo alcanzó los US$ 163 millones. En enero de este año se quedó en US$ 57 millones.
Si se desagrega el intercambio comercial, se observa que en el primer mes del 2022 las importaciones desde Bolivia representaron US$ 104 millones, mientras que este año fueron US$ 41 millones. Una caída del 60%. La situación es aún peor en las exportaciones. En enero del año pasado representaban US$ 59 millones. Este año fueron solo US$ 16 millones. Un descenso del 73%.
Las consecuencias de esta caída no son solo para Puno, sino para todo el país, ya que productos clave para la agricultura nacional, como la soya, ingresan por Bolivia. “Es uno de los productos que más preocupa con el bloqueo de Puno. Alrededor del 80% de las importaciones de torta de soya vienen de Bolivia. De eso, el 60% entra por Desaguadero. Dependemos de ese producto porque el maíz y trigo están caros gracias a la guerra entre Rusia y Ucrania”, explica Rafael Zacnich, gerente de estudios económicos de ComexPerú.
Este producto es crucial, por ejemplo, para el alimento del ganado vacuno. El cierre de Puno ya le genera estragos a empresas como Gloria. En febrero la compañía le dijo a Gestión que planeaba traer 2,000 toneladas de soya de Bolivia, pero que no podía hacerlo por los bloqueos en la frontera. “Utilizamos una ruta más larga y con costos logísticos adicionales por Arica en la frontera con Chile. En una primera entrega podremos ingresar 270 toneladas”, dijeron desde su área de prensa.
La torta de soya representó aproximadamente el 46% de las importaciones totales desde Bolivia en el 2022. En enero, su ingreso al Perú desde el país vecino cayó 55% respecto al mismo periodo del año pasado. Otros bienes que tuvieron caídas estrepitosas fueron las harinas de habas de soya (-54%) y los aceites de soya sin modificar químicamente (-90%).
Para Aquise, de la CCPP, hoy en día el contrabando es lo único que sostiene el comercio fronterizo. “Formalmente, el intercambio comercial con Bolivia está reducido a cero. Solo existe un tránsito informal que no se contabiliza. Siempre se ha hecho en zonas no habilitadas. Pero en la parte formal, desde la Cámara de Comercio no tenemos ninguna actividad”, asegura.
Según un informe de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), Puno es la frontera más ‘vulnerable’ del país y representa el 39.7% del valor de los productos de contrabando que ingresaban hasta el 2021. Sunat estimó en US$ 234 millones el contrabando ingresado por Puno ese año.
La entidad también identifica en su reporte puntos en la región donde la mercancía contrabandeada se comercializa, como los mercados Túpac Amaru en Juliaca, Bellavista en Puno y la feria de Ilave.
Otros sectores impactados
El turismo es otro frente donde el cierre fronterizo genera problemas. Según informó el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) a Gestión, los bloqueos de carreteras en la región ya vienen generando unas pérdidas acumuladas de S/ 82 millones en este sector.
En enero ingresaron solo 1,296 turistas internacionales al país por las fronteras ubicadas en Puno, 847 de ellos por Desaguadero. Según la cartera, estas cifras significan una caída de 27 mil personas en comparación a enero de 2020, el último año de antes de la pandemia.
“Desde diciembre la parte operativa de hoteles está casi al 100% cerrada. Una pequeña parte se sostiene con clientes peruanos, pero su infraestructura está pensada para el turismo extranjero. La mayoría está quebrando. Tienen créditos de Reactiva Perú que no se pueden pagar”, comenta Aquise.
Los bloqueos también han perjudicado la Festividad de la Virgen de la Candelaria, uno de los eventos más importantes de Puno y del país. Según la CCPP, se han perdido S/ 230 millones este año. “Los días principales, entre el 12 y 14 de febrero, representan S/ 170 millones dejados de percibir. También está el consumo de cerveza que era cerca de S/ 5 millones”, asegura Aquise.
Otro rubro afectado es la minería. La unidad minera San Rafael, la principal mina de estaño de Sudamérica, está paralizada desde el 13 de enero. Las pérdidas en ventas de estaño fino ascienden a US$ 118 millones.
San Rafael no puede operar porque se encuentra amenazada por protestantes de distritos como San Antón, Asillo y Ayaviri. “Han bloqueado el paso de vehículos de la empresa y esto complica el reinicio de operaciones, principalmente las de mayor envergadura como son mina y planta concentradora”, informó la unidad minera de Minsur a Gestión.
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