La Junta Directiva del Banco Central de Colombia decidió conservar la tasa de interés de política monetaria en 13,25%. De esta manera, culmina con un ciclo alcista que comenzó en septiembre de 2021, desde un nivel de 1,75%, que buscaba atajar la inflación.
Leonardo Villar, gerente del Banco de la República de Colombia, sostuvo que la decisión de la Junta va en línea con el objetivo de buscar la meta de inflación de 3%. “En los últimos meses el peso colombiano ha resultado con una importante apreciación, esto se ha dado en el contexto de la reducción de los precios internacionales del petróleo”, dijo para el diario La República de Colombia.
Explicó que para la decisión, se tuvo en consideración que la inflación continuó descendiendo en mayo. De acuerdo con el gerente general las expectativas de inflación de los analistas económicos continuaron disminuyendo y se ubican en 6,4% a 12 meses y en 4% a 24 meses.
Para finales de 2024, las expectativas se ubican en 5% en la mediana de la muestra. El emisor ha tomado estas decisiones tomando como supuesto una proyección de crecimiento de 1% del PBI.
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“En la medida que la inflación y las expectativas sigan bajando, va a ser posible tener tasas de interés más bajas, que también puedan ser contractivas”, indicó.
Por su parte, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, destacó que la decisión de la tasa de interés fijada por la junta fue unánime. Coincidió con el gerente general Leonardo Villar que esta decisión se da debido a la tendencia de la inflación, que en los últimos dos meses ha ido a la baja.
Destacó que el Índice de precios al consumidor (IPC) de alimentos y el Índice de precios del productor (IPP) han descendido. Sin embargo, indicó que hace falta monitorear el precio de los combustibles para que no haya una nueva reactivación de la inflación.
¿Se hablaría de un ciclo bajista de tasas?
Villar enfatizó que el criterio para poder bajar tasas es que haya evidencia de que la inflación esté claramente encaminada hacia el cumplimiento de la meta. “En este momento no podríamos decir cuándo va a suceder eso”, dijo. Por su parte, Bonilla resaltó en la importancia de ser cautos en las decisiones, “esperamos que la tendencia se consolide y que después de cinco meses de revisión, podamos evaluar cuando se pueden hacer bajas”.
El representante del Banco de Colombia informó que en el segundo semestre del año, se enfatizará en el monitoreo que se debe hacer ante el efecto que puede tener el Fenómeno El Niño, los precios de los combustibles y la volatilidad en la tasa de cambio.
Mencionó que el Gobierno está haciendo un ajuste en la política de los combustibles, que busca evitar el otorgamiento de subsidios a sectores que no deben ser beneficiarios. “Este ajuste contribuye a la solidez de las finanzas públicas, elemento fundamental para la política macroeconómica”, dijo Villar.
Aunque agregó que ante la llegada de El Niño, se debe seguir monitoreando cómo evolucionan las condiciones climáticas para determinar el impacto económico. “Un Niño fuerte podría tener un impacto de la inflación de hasta 1,5 puntos porcentuales”.
Respecto al cambio en proyección de la tasa de cambio, resaltaron que la baja de esta contribuye a que continúe la reducción en la inflación, esto en parte por el impacto positivo en el sector de productos importados.