Algunos de los acreedores clave de Argentina están rechazando invitaciones para hablar con el equipo de finanzas de la nación esta semana, mientras ambas partes buscan condiciones más favorables en una reestructuración de la deuda de US$ 65,000 millones.
Las tensiones aumentan a medida que el reloj avanza hacia 2 plazos clave: el 8 de mayo para una oferta de canje de deuda, y el 22 de mayo, cuando expira un periodo de gracia de 30 días para el pago de intereses sobre los bonos en dólares con vencimiento en el 2021, 2026 y 2046.
Para cerrar un acuerdo, la nación sudamericana necesita el apoyo de los acreedores que poseen al menos dos tercios de las tenencias agregadas. Parece estar lejos de ese umbral.
Las relaciones son tan tensas que la mayoría de los grandes tenedores de bonos incluso se han negado a participar en videollamadas con el ministro de Economía, Martín Guzmán, según personas familiarizadas con el asunto, quienes solicitaron el anonimato porque las conversaciones son privadas.
Citan los comentarios de Guzmán de que la oferta de deuda no es negociable y las preocupaciones de que la exposición a información confidencial les impediría negociar la deuda de la nación hasta que los detalles se hagan públicos.
Otros acreedores planean hablar con funcionarios argentinos, incluidos Guzmán, el secretario de Finanzas, Diego Bastourre, y el jefe de la unidad de deuda, Lisandro Cleri, a finales de esta semana, dijeron las personas.
“Guzmán está apostando a que muchos cederán”, escribieron los analistas de Eurasia Group Daniel Kerner y Ana Abad en una nota. “Si no se cumplen algunas o la mayoría de las mayorías, el gobierno dejará de pagar”.
La oficina de prensa del Ministerio de Economía no respondió a solicitudes de comentarios.
Los tenedores de bonos en cada uno de los tres principales grupos de acreedores están analizando sus opciones de litigio si Argentina incumple por novena vez el próximo mes, dijeron personas familiarizadas con el asunto.
Eso podría preparar el escenario para una batalla legal aún más desordenada que el último drama de deuda del país entre el 2001 y 2016. Ese enfrentamiento se prolongó después de una reestructuración del 2005, cuando una minoría de acreedores reacios presionó para obtener mejores condiciones. Esta vez, un gran subconjunto puede rechazar la oferta del país.
Aún así, la administración del presidente Alberto Fernández está apostando a que algunos inversores cederán y aceptarán el acuerdo para proteger sus otras inversiones en las provincias, las empresas y los productos básicos del país. El lunes, Guzmán le dijo a TV Pública que Argentina continuará las conversaciones “de buena fe, presentando la propuesta que ya se presentó pero discutiendo algunos detalles”.
Al final, Guzmán probablemente no revisará la oferta, lo que significa que los tenedores de bonos rechazarán el acuerdo, según Siobhan Morden, director de estrategia de renta fija en América Latina en Amherst Pierpont Securities, con sede en Nueva York.
“El incumplimiento duro todavía parece ser el caso base”, asegura.