La billetera digital Yape está impulsando su herramienta de otorgamiento de crédito, esfuerzos que generan algunos cuestionamientos sobre el mercado que puede llegar a captar, tomando en cuenta que el holing financiero al que pertenece ya cuenta con un negocio de préstamos a público minorista.
El foco principal tras el lanzamiento de Yape fue ganar usuarios -que realicen pagos digitales desde el celular- y cuando se empezó a producir (más funciones), la mirada se trasladó a incrementar el uso, el cual aumentó drásticamente en los últimos años, dijo César Ríos, chief financial officer de Credicorp.
“Pero el objetivo hoy no es seguir agregando nuevos usuarios, sino en cómo, por un lado, monetizar este uso y, por otro, seguir lanzando nuevas características y funcionalidades”, refirió.
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Asimismo, Mibanco ha reafirmado su estrategia de modelo híbrido de atención y realizado ajustes en precios y pautas de originación de crédito durante los últimos seis meses, lo que les ha permitido registrar un mejor desempeño de pagos en las nuevas cosechas (desembolsos), comenta Gianfranco Ferrari, CEO de grupo financiero.
Hoy está creciendo selectivamente dentro de los segmentos de menor costo y mayor rendimiento, clientes que tienen perfiles de riesgo relativamente mejores, precisó.
En este escenario, el gerente general aprovechó la primera presentación de resultados del año para responder una duda relacionada con la posible superposición entre los clientes de Mibanco y Yape.
“Hemos escuchado esta pregunta en el camino, pero aclaramos que Yape da prioridad a los consumidores en su operación crediticia y Mibanco proporciona financiamiento, principalmente, a microempresas”, precisó.
Pese a la poca distinción entre el bolsillo de los individuos y el de los microempresarios, el negocio de préstamos en Yape todavía se encuentra en una etapa muy temprana de implementación y está muy lejos de verse una superposición de clientes con Mibanco, descartó.
- Mibanco Colombia. Los ejecutivos detallaron que este negocio ha enfrentado el desafío de un deterioro de las condiciones económicas, una inflación alta y persistente, tasas de financiamiento muy elevadas y una reducción en el techo de las tasas de interés. “Tenemos una estrategia de crecimiento rentable en la que debemos desacelerar la tasa de crecimiento de la cartera, así como enfatizar el control de riesgos y la eficiencia”, sostienen.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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