En el Perú, la informalidad es la norma, y la formalidad, una excepción exclusiva. Cada vez que se actualizan las cifras de ambos segmentos, las variaciones son escasas o casi inexistentes.
Detrás de cada micronegocio informal se encuentran historias que reflejan cómo el perfil del empresario influye significativamente en su capacidad para acceder a la formalidad. Factores como el género, el nivel socioeconómico y la estructura del negocio influyen en la capacidad de acceder a servicios financieros y recursos necesarios para formalizarse.
En promedio, estos negocios declaran ventas mensuales de S/2,641, pero esta cifra esconde una amplia variación según diferentes segmentos, concluye la “Radiografía de la informalidad en el Perú” realizada por Mibanco y el Banco de Ideas Credicorp, con el apoyo de Ipsos.
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A pesar de los avances económicos y la modernización de ciertos sectores, un alto porcentaje de microempresas continúa operando al margen de la legalidad.
¿Cómo varían las ventas de negocios informales según el perfil del empresario?
Los hombres y los dueños pertenecientes a niveles socioeconómicos más altos son quienes reportan mayores ingresos. Estas disparidades resaltan que no todos los negocios informales cuentan con las mismas capacidades.
Así, un negocio informal del sector comercio genera al mes S/ 2,541; de servicios, S/ 2,629; e industrial, S/ 3,179. Por género, las empresas lideradas por hombres ganan S/ 3,284 mensuales, mientras que aquellos con una mujer al mando perciben S/ 2,327.
Por nivel socioeconómico, aquellos provenientes del segmento D y E venden alrededor de S/ 1,760 por mes, los del C ganan S/ 2,944 y los del A y B reciben S/ 3,486.
En cuanto a número de trabajadores, los negocios informales unipersonales venden S/ 1,966, y los de dos trabajadores a más, S/ 3,486.
Dicha situación evidencia que se reproducen diferencias estructurales que impiden que todos los negocios informales accedan por igual a servicios financieros y oportunidades de formalización.
La posibilidad de formalizar un negocio depende en gran medida de las herramientas y el perfil que posee el dueño. La formalidad requiere una inversión de capital y recursos que no están al alcance de todos.
A pesar de que la mayoría de los microempresarios informales son mujeres, los hombres son quienes tienen mayor acceso a estos recursos, lo que les facilita el proceso de formalización en comparación con otros segmentos de la población.
Por lo tanto, es fundamental reconocer estas diferencias y trabajar en soluciones que aborden las desigualdades estructurales.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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