Tener tarjetas de crédito en su poder y no utilizarlo puede ser perjudicial en sus finanzas personales.
Así, Jorge Luis Ojeda, docente de la Facultad de Negocios de la UPC, señala a Gestión.pe cuatro riesgos que lleva tener el “dinero plástico”, pero no usarlo.
El primero de ellos se debe a que el monto de la nueva línea de crédito se convierte en su deuda potencial, distinta a la deuda actual que ya posee.
“Estas líneas de crédito no usadas son denominadas deudas potenciales, puesto que en cualquier momento el usuario lo utilizará”, explica.
De este modo, significa que ya los bancos toman esas líneas de crédito como una referencia de una potencial deuda, entonces, entre más potencial deuda tenga, es decir, más posibilidad de endeudamiento a través de las tarjetas de crédito, la capacidad de endeudamiento para otro tipo de crédito disminuye.
“Por ejemplo, si quiero tomar un crédito hipotecario, pero tengo muchas tarjetas de crédito ahí me está generando una línea potencial (porque el algún momento lo usaré), entonces ahí el banco va detectar un riesgo. Por ahí es importante no tener tantas tarjetas de crédito habilitadas”, dijo.
Un segundo riesgo responde que al tener varias tarjetas el usuario puede ser víctima de un fraude. Así, señaló que cuando uno tiene varias tarjetas no necesariamente las controla o no podría ver que las está utilizando.
“Es mejor tener pocas tarjetas y tenerlas controladas. Por ejemplo puede tener un control para el gasto en el extranjero o para las compras por internet. Si uno tiene muchas tarjetas debe de controlarla más aún”, indica.
Cabe mencionar que debido a uso la mayor banca móvil en el país generado por la emergencia sanitaria, también ha incrementando el robo y estafas cibernéticas, por lo que la ciberseguridad entra a tallar en este punto.
Sobreendeudamiento y gastos adicionales
El tercer riesgo recae en el hecho de que al tener muchas tarjetas de crédito en su poder, siempre existe la tentación de utilizarla y, al hacerlo, puede llevarlo a un sobreendeudamiento.
“Cuando uno consume a través de la tarjeta, uno psicológicamente no siente que está haciendo el gasto, entonces uno puede sobrecargar un gasto futuro”, indica Ojeda.
El cuarto riesgo, menciona, es que cada tarjeta tiene gastos adicionales al mes y al año que el usuario debe pagar.
Mensualmente, por cada compra realizada, además de la cuota a pagar se debe realizar pagos por gastos y comisiones, así como un Seguro de Desgravamen.
En otros casos, el usuario pagar un seguro, aunque el cobro solo aplica si el cliente lo decide.
De igual manera, al año de tener la tarjeta las entidades cobran una membresía anual, cuyo monto varía de acuerdo a cada entidad bancaria.
“Lo único que uno hace, al tener varias tarjetas de crédito, es multiplicar todos estos gastos. Si uno comienza a sumar, puede ser bastante fuerte ese monto”, afirmó.
Lo recomendable, máximo dos
El docente recomendó el uso de solo dos tarjetas de crédito, siendo una de ellas para gasto corriente, es decir, para las compras del día a día, ya sea en el supermercado, gasolina (si tiene auto), entre otros consumos pequeños.
“Lo idea es utilizar esta tarjeta para gasto corriente, colocar el consumo en una cuota y cancelarla a fin de mes, con lo cual, no se paga intereses”, dijo.
La segunda tarjeta, recomienda, debe ser utiliza para consumos que no se podrá pagar en un solo mes, lo que lleva a usarla para consumos de altos montos para colocarlas en 3 o 4 cuotas.