El norte del país es uno de los sitios predilectos de los turistas al momento de elegir un lugar para vacacionar, siendo el clima y sus playas solo algunos de los factores que juegan a su favor.
A esta situación, se suma, en esta temporada, el avistamiento de ballenas, un fenómeno muy común en esta zona, la cual empieza en junio y se viene prolongando todavía hasta estos días. “Tenemos el avistamiento de este mamífero desde el balneario El Ñuro hasta el Ecuador, en todo el litoral”, señaló el presidente de la Cámara Regional de Turismo de Tumbes, Carlos Viñas.
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El empresario turístico sostuvo que esto incide en un mayor flujo de visitantes peruanos y ecuatorianos, quienes buscan alojamiento en hospedajes, pero también tienen la opción de las casas de playa. De hecho, esta alternativa ha ido ganando terreno en los últimos meses, debido a la búsqueda continua de lugares al aire libre y en contacto con la naturaleza.
También refuerza, de acuerdo a Viñas, la mayor oferta de casas en el litoral, dado que los propietarios han encontrado un interesante ingreso en el alquiler de sus predios que usualmente eran habitados solo en los meses de verano. Esto fortalecido, además, con la disponibilidad de plataformas digitales que permiten obtener propuestas a diferentes precios.
“Muchas familias para cuidarse del COVID-19 o por privacidad, prefieren alquilar una casa de playa y evitar cualquier riesgo. Llegan un fin de semana y se quedan, en promedio, cuatro días; es cierto, que el costo de un ambiente de estos, es mucho más elevado que un hotel, pues dependiendo de las características, pueden estar entre US$ 600 u US$ 800, pero igual, existe una demanda importante”, explicó Viñas.
Estas casas de playa se extienden a lo largo de todo el litoral norteño, siendo las situadas en balnearios como Máncora, Los Órganos, Cancas o Punta Sal las más buscadas.
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Ocupación de los hoteles
Similar a lo ocurrido con las viviendas de playa, Viñas sostuvo que los propietarios de los hoteles encontraron una oportunidad en el avistamiento de ballenas, dado que los niveles de ocupación todavía no alcanzan las cifras del 2019. En ese periodo precovid si bien no alcanzaban el 100% de ocupabilidad, los números se mantenían por encima de un 50%, mientras que ahora solo se llega aproximadamente al 30%.
“Tenemos llegada de turistas de Trujillo, Chiclayo, Cajamarca, San Martín. También de Ecuador; de Loja, Cuenca, Guayaquil y Machala. Antes del COVID-19 llegaban incluso chilenos y argentinos”, manifestó el representante.
La próxima fecha clave para los operadores de esta parte del país es la fiesta de Año Nuevo, cuando se espera un flujo de visitantes mucho mayor al visto en los dos últimos años.
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