El actor estadounidense Tom Cruise regresa a Cannes el miércoles por primera vez en 30 años para presentar “Top Gun: Maverick”, y aunque la industria cinematográfica ha cambiado mucho desde entonces, su poder taquillero se mantiene casi intacto.
Es un caso de longevidad raro en Hollywood, donde los superhéroes han reemplazado progresivamente a los actores como el foco principal de la industria.
La última vez que Cruise estuvo en Cannes fue en 1992, para el estreno de la desafortunada “Un horizonte muy lejano” con su entonces esposa Nicole Kidman.
Cruise era por entonces una estrella, pero solo una más en Hollywood.
Kevin Costner, Mel Gibson, Bruce Willis eran otros nombres que brillaban con luz propia en una industria cinematográfica heredera de los grandes iconos del pasado.
“Cruise es inusual porque ha logrado retener ese peso comercial incluso cuando los estudios están dominados por películas de franquicias de superhéroes”, explica Paul McDonald, profesor del Kings College de Londres, especialista en el sector mediático. “Es especialmente notable dado que cumplirá 60 años este año”, explica.
Según el sitio especializado The Numbers, las 39 películas que Cruise ha rodado como actor principal han recaudado casi US$ 8,500 millones en todo el mundo.
“Top Gun: Maverick” podría recaudar hasta US$ 390 millones solo en Estados Unidos, según Box Office Pro.
Los críticos han sido generosos con la película, una secuela que acostumbra a ser un riesgo para los estudios.
Según IndieWire, Cruise es “la última estrella de cine de Hollywood de su tipo, bajo de estatura pero más grande que la vida misma”.
Carrera con altibajos
La estrella de Cruise pareció apagarse a principios de la década del 2000, cuando brotaron rumores en torno a sus vínculos con la controvertida Iglesia de la Cienciología.
La maquinaria de Hollywood estaba cambiando, y las estrellas independientes eran menos rentables que las marcas de superhéroes.
“Batman es el ejemplo perfecto del cambio que ocurrió alrededor de los años 2000, cuando las películas de franquicia tomaron el control. Durante la mitad de la película o más, [el actor] está cubierto con una máscara; a la gente no le importa mucho quién está detrás, ya sea Robert Pattinson o Ben Affleck”, explica McDonald.
Cruise logró recuperarse y presentarse como una especie de superhéroe de la vida real.
“Parte de su mística es el hecho de que hace sus propias acrobacias: pilota aviones, salta edificios”, añade este experto.
“Es difícil verlo sin pensar: ¿hay algo que este tipo no pueda hacer?”, añade Paul Dergarabedian, de la web de análisis de medios Comscore.
Un crucero espacial
Cruise tiene previstas otras dos nuevas entregas de la exitosa “Misión imposible” en el 2023 y 2024, posiblemente seguidas de una película que podría ser rodada en el espacio.
“Las grandes cadenas de salas de cine aman a Tom Cruise porque toda su vida está dedicada a la experiencia cinematográfica. Sus películas están concebidas y ejecutadas pensando en la pantalla grande”, apunta Dergarabedian.
“He producido entre 30 y 40 películas”, señaló el actor recientemente a la revista Empire. “Soy responsable de miles, si no decenas de miles, de puestos de trabajo”.
Esa devoción lo ha enfrentado con los estudios que coproducen sus películas: Cruise demandó a Paramount el año pasado por darle a la próxima “Misión imposible” solo una ventana de 45 días en los cines, antes de pasarla a las plataformas de televisión, según The Hollywood Reporter.
Por todos esos motivos, Cruise cae muy bien en Cannes, que resiste por el momento a los gigantes como Netflix o Disney+.
“Cuando se compromete con un proyecto, el resultado es bonito, ese es el artista que vamos a recibir” en Cannes, explicó el lunes a la prensa el delegado general del Festival, Thierry Fremaux.