En medio de la pandemia y el confinamiento, la peruana Susana Baca decidió enfrentar la amenaza de la muerte con un hermoso disco grabado a capella, con el que ganó su tercer Grammy Latino, un premio que ahora dedica a los jóvenes, las mujeres y los hombres que luchan por el cambio en su país.
A sus 76 vitales años, una de las grandes divas de la “World Music” aseguró que el Grammy al Mejor álbum folclórico obtenido el 19 de noviembre le ha dado “mucha felicidad”, ya que una producción de este tipo es “todo un reto para un cantante”, más aún con las severas restricciones impuestas por el encierro sanitario.
Con “A Capella”, que reúne 17 canciones y poemas, Baca sumó otro galardón al que ya obtuvo en el 2002 por su álbum “Lamento negro” y, en el 2011, por su colaboración en la canción “Latinoamérica”, de los puertorriqueños Calle 13, en el que también participaron la brasileña María Rita y la colombiana Totó, la Momposina.
Lucha frente a la muerte
“Dedico este premio al Perú, a los logros de los jóvenes, a los jóvenes que luchan, a la clase trabajadora, a las mujeres y hombres que han salido, a pesar de la pandemia, a ganarse el pan para llevar algo a sus hogares, esa gente ha luchado frente a la muerte”, señaló la cantante.
Baca, quien afrontó la pandemia confinada en su casa de Cañete, unos cien kilómetros al sur de Lima, pide ahora a sus compatriotas que sean “solidarios con los jóvenes”, para que estos puedan “salir adelante”.
Hace dos semanas esos jóvenes lideraron las masivas protestas ciudadanas contra la destitución de Martín Vizcarra y la toma de mando del congresista Manuel Merino, quien renunció a la presidencia peruana después de que la represión policial dejó dos estudiantes muertos y decenas de heridos en Lima.
Por ese motivo, la intérprete pidió que no se olviden los sucesos violentos que enfrentó su país, pero tampoco la dura realidad que aún padecen diariamente las mujeres.
“No olvidemos tampoco la lucha de las mujeres porque nos respeten, eso es fundamental, los derechos de todos frente a situaciones extremas como el asesinato de mujeres, el asesinato de jóvenes”, enfatizó.
Abrir puertas y ventanas
A pesar de la difícil situación, Baca consideró que su país está en “un momento muy importante” de su historia, porque ha “llegado a un punto en que la gente pasó de ser una sociedad sumisa, calmada, que hacia oídos sordos, que cerraba los ojos frente a la corrupción, frente al abuso de determinados grupos políticos”.
“Ahora no, ahora esos jóvenes abrieron todas las ventanas, las puertas del país y salieron a la calle, a pesar de la pandemia, a pesar de todo, a reclamar lo que es su derecho, a reclamar por la democracia, en contra de la manipulación de los grupos políticos”, sostuvo.
Aunque ella no pudo acompañar las manifestaciones por ser “una persona mayor” en medio de la pandemia, sí salió por la ventana a golpear una cacerola, como hicieron miles de peruanos, con “el deseo de que escuchen a esos jóvenes, porque estaban diciendo algo honesto, algo bueno” para su país.
Para Baca, tras la renuncia de Merino y la designación del también legislador Francisco Sagasti como presidente transitorio del Perú, ahora sus compatriotas deben estar “todos muy atentos a quiénes se presentan, quiénes nos han mentido constantemente y por quiénes no debemos votar” en las elecciones de abril próximo.
Canto contra la angustia
Hace unos meses, la cantante limeña decidió enfrentar el temor generado por la pandemia con la grabación de un disco íntimo que, ante la imposibilidad de juntarse con sus músicos, tuvo a su voz prodigiosa como único instrumento.
Escogió interpretar temas tan famosos como “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, del argentino Fito Paez, o “Gracias a la vida”, de la chilena Violeta Parra, y versos de grandes poetas como el español Federico García Lorca o el peruano César Vallejo.
Tras el Grammy Latino obtenido con “A Capella”, que contó la producción de su esposo, el músico Ricardo Pereira, Baca ratificó su convicción de que sí logró enfrentar “toda esa angustia” de los primeros tiempos de confinamiento.
“Era esa incertidumbre de pensar me voy a morir, porque la gente se contagiaba y se contagiaba. Entonces tú dices: bueno, gracias a la vida por estar aquí presente, algo tengo que hacer, ¿no?... entregar mi voz, entregar mi canto, entregar el alma”, confesó.
Cuidar la vida y el planeta
La cantante, quien en el 2010 fue ministra de Cultura de Perú, consideró “muy lindo” que se haya otorgado un reconocimiento “a ese esfuerzo, a esa entrega” que la llevó a sacar su voz desde sus “entrañas y lograr decirle a la gente lo que sentía mi alma”.
Con la amenaza aún latente de la pandemia, que ha convertido a Perú en el país con la tasa de muertes más alta del mundo, Baca tiene “la esperanza de que todos” recapaciten “sobre esa situación de vive el mundo, que hay rebrotes, que no se puede cantar victoria si hemos pasado una etapa y nos hemos salvado”.
“Lo estamos viendo en Europa, la gente regresa al confinamiento, es una tristeza eso, pero también tenemos que estar cuidando la vida y el planeta”, acotó antes de decir que es un momento para “ver el espíritu y tener la convicción de que tenemos que cuidarnos nosotros y cuidar nuestra casa, que es la tierra”.
Planes en marcha
Aún con la alegría por el reconocimiento internacional, Baca se mantiene en plena actividad y muy pronto presentará otro disco, que ya grabó, con un homenaje a la obra de su también muy reconocida compatriota Chabuca Granda.
“Es mi homenaje personal, porque yo tuve la suerte de vivir etapas con esta maravillosa artista y conocerla muy a fondo”, agregó antes de precisar que en su nuevo disco canta “casi todos los temas” que escribió Granda “a un joven poeta que es asesinado”.
Llena de vitalidad, ya está preparando otro disco en homenaje a la obra de su también compatriota Alicia Maguiña, una reconocida intérprete y compositora que falleció en setiembre pasado, así como un concierto que será trasmitido por internet.
“No paramos, creo que también el Grammy me ha rejuvenecido, estoy muy joven y con mucha fuerza”, concluyó entre risas.