Redacción Gestión

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(Bloomberg) La nariz de Mira es tan sensible que puede detectar árboles cítricos enfermos, y los productores de naranjas de los Estados Unidos esperan que su súper olfato contribuya a combatir una de las mayores amenazas a sus cultivos.

El gobierno ha entrenado 10 perros, entre ellos Mira –que tiene 32 meses y es una cruza de pastor alemán con pastor belga malinois-, para la detección de una bacteria que mata árboles cítricos desde hace 10 años en Florida, la mayor región productora del país. De forma similar a los equipos caninos que detectan bombas, drogas y hasta chinches, este busca una enfermedad conocida como HLB. Aún no tiene cura, pero los productores esperan que los animales les den más tiempo para encontrarla mediante una desaceleración del contagio.

Se pronostica que la cosecha de naranjas de Florida llegará esta temporada al menor nivel en 52 años, un 71 por ciento por debajo de la de 2004, a medida que los psílidos de los cítricos asiáticos extienden la bacteria. Al sector de cítricos le ha costado US$7.800 millones y 7.500 empleos desde 2006. Los perros en cuya nariz hay 50 veces más receptores olfativos que en la nariz humana, perciben las sustancias químicas que emiten los árboles cuando están infectados, y lo hacen con una exactitud de 99,7 por ciento –mejor que los análisis de laboratorio-, además de detectar los árboles enfermos antes de la aparición de los síntomas.

"En este momento sin duda son la mejor herramienta de detección temprana que tenemos", dijo Yindra Dixon, especialista en asuntos públicos del Servicio de Inspección de Salud Vegetal y Animal, una división del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Si bien los investigadores no han logrado encontrar una cura para la enfermedad, también conocida por su nombre científico, Huanglongbing, idearon formas de desacelerar su extensión. Una técnica exige que los productores envuelvan los árboles en vapor a los efectos de recalentar la bacteria sin matar la planta.

Algunos aplican los nutrientes directamente sobre las hojas para que los árboles sigan produciendo a pesar de que agonizan. Otros usan más pesticidas para matar los psílidos, pero éstos van desarrollando resistencia a algunos químicos y usar excesiva cantidad puede quemar la fruta. La penicilina suprime la bacteria, pero los temores en relación con la resistencia a los antibióticos han limitado su uso.