El Mag. Bruno Castillón junto a GIDEMS (Grupo de Investigación y Desarrollo de Equipos Médicos y Sistemas) fueron premiados con una medalla de plata en el Salón Internacional de Invenciones de Ginebra (Suiza) por el invento llamado ventilador manual volumétrico. “Es un equipo que puede dar respiración artificial a un paciente con problemas respiratorios”, explica Castillón, quien tiene cinco años trabajando en el área de respiración pulmonar a nivel de patentes.
La cuestión no es solo trabajar con patentes, sino que sean útiles
“Para un paciente con esas condiciones es riesgoso ir en una ambulancia debido a la velocidad y a los frenazos. En ese sentido, este aparato que hemos desarrollado controla la presión de forma manual, no importa con qué fuerza se presione, pues el equipo lo regulará de forma mecánica”, detalla.
“La otra ventaja es que se puede monitorear la cantidad de volumen de aire que se le da al paciente, pues no todos requieren lo mismo”, acota. Asimismo, otra de las ventajas del ventilador es que se puede usar en distintos pacientes, pues sus partes son esterilizables.
“La necesidad de servir a la gente nos empujó a hacer esto. Nos dimos cuenta que debemos simplificar la tecnología con equipos que no sean complejos de usar y que sean de bajo costo. No basta con hacer patentes, sino producirlas para que sirvan a la comunidad”.
El sueño de dar una mano o una prótesis a todo el que la necesite
Enzo Romero dejó Cusco y vino a Lima para cumplir su sueño: construir su propia prótesis para su mano derecha. A sus 28 años no solo consiguió eso, sino que el ingeniero mecatrónico también ganó una medalla de plata por su invento en el Salón Internacional de Invenciones de Ginebra.
Junto al Grupo de Investigación en Biomecánica y Robótica Aplicada de la PUCP, diseñó un dispositivo que busca devolver la capacidad de sentir. “En las yemas de la prótesis se montan unos sensores de fuerza que trasladan información de sensibilidad a la sección amputada. Es como devolver el tacto”, explica Romero, quien se inspiró en Luke Skywalker, el personaje de la saga Star Wars, para trabajar en este proyecto. El famoso jedi perdió la mano y fue un androide el que le construyó una nueva.
Para el desarrollo de su investigación se han invertido US$ 90,000, fondos obtenidos a través de concursos. Lo que era un anhelo personal ahora es también una empresa. Latbionics nació el año pasado y a largo plazo busca ser referente en tecnología de asistencia para personas con discapacidad. “Lo más complicado ha sido encontrar data de personas con esta condición por NSE y nivel de amputación”, dice Romero, quien calcula que son 12,600 personas en Perú. La determinación que lo caracteriza, sostiene, lo impulsará a conseguir más inversión en el proyecto.
La tecnología al servicio de los derechos de denominación del pisco
La Dra. Rosario Sun Kou pensó en crear “la nariz electrónica” desde el 2008. A Sun Kou le interesaba un dispositivo electrónico que le ayude a detectar fuga de gases antes de que estos alcancen una concentración alta y generen un incendio. El proyecto nació en el 2015 y le da una medalla de oro a sus creadores de la PUCP y la UNI. El invento es capaz de actuar de forma similar al olfato humano. Sus sensores recubiertos con zeolita y control de temperatura permiten usarlo para detectar componentes volátiles que forman parte del aroma de alimentos y bebidas. Por ejemplo, con esta nariz se puede conocer la calidad de un vino, la comprobación de denominación de origen del pisco, el análisis del grado de descomposición de alimentos, entre otros usos.
“El pisco peruano tiene características protegidas por Indecopi como el tipo de uva, el método de procesamiento y demás. Por eso, la idea es que al pasar este producto por la nariz electrónica se pueda comparar e identificar si no está adulterado”, explica Sun Kou. El proyecto aún está a nivel de investigación, pero se aspira a desarrollar un prototipo más grande. “Nuestra idea es contactar a los productores de pisco, ya que la elaboración de muchos suele ser artesanal y por eso tantos no siguen las características que validen su denominación de origen”, comenta la investigadora.