Andrea, con 82 años, está concentrada en su celular. Está jugando a las “maquinitas”, las tradicionales máquinas tragamonedas, desde la aplicación de un casino virtual que instaló con la ayuda de su nieto. Carlos, 24 años, está con la luz de su habitación encendida desde las 4 de la madrugada, sentado frente a su computadora. Trabaja en un proyecto de Data Analytics y su empleador es una empresa española, por lo que vive con los “horarios cambiados”, como él mismo dice. Andrea acaba de solicitar a su aplicación que le envíe una ensalada de frutas y ahora espera la llegada del delivery. Carlos también tiene hambre y ha pedido desayuno de forma online. Mientras desayuna planificará su próximo viaje de vacaciones. Ha elegido Israel, porque ha visto las stories en Instagram de un amigo que acaba de estar ahí.