Liliana Checa, Historiadora del Arte
Desde el 28 de marzo hasta el próximo 9 de Julio, en el Museo del Prado en Madrid se está llevando a cabo la exposición de uno los grandes artistas del Barroco, que inició su carrera en Boloña para luego trasladarse a Roma: Guido Reni.
Relativamente olvidado hasta ser descubierto en el siglo XIX, Guido Reni es un artista que se forma en la Academia de los Carracci, en Boloña. Estos pretenden llevar a cabo un Barroco clásico, ajeno a la desmesura y los contrastes del estilo que se gesta en el resto de Europa.
Guido Reni, al llegar a Roma cae bajo el hechizo de uno de los artistas más prodigiosos de todos los tiempos: Michelangelo da Merisi da Caravaggio. Conocido por el nombre de su ciudad de origen en la Lombardía, este artista pendenciero, con una genialidad que le permite pintar del natural sin nunca hacer un boceto, capaz de decir la verdad como ninguno otro lo había hecho, embruja a sus contemporáneos que admiran su talento, pero rechazan su personalidad. Al verse criticado por este, que sostiene que Reni lo está imitando, el artista boloñés recupera su estilo clásico realizando obras tanto al fresco como al lienzo, revelando su dominio del color y del escorzo, lo que le permitiría recibir muchas comisiones.
Esta exposición que reúne cien obras traídas de museos europeos, colecciones privadas y museos americanos es la más importante que se haya hecho de su obra.
El Prado posee una de las dos versiones que el artista hace del mito de Atalanta e Hipómenes, que por primera vez es expuesta al lado de otra versión del artista sobre el mismo tema, que es parte de la colección del Museo Real Bosco Capodimonte de Nápoles.
Entre las obras más importantes de la muestra están El Triunfo de Job, Salomé con la Cabeza de San Juan Bautista, La Inmaculada Concepción y Magdalena Penitente, entre muchas otras. El esfuerzo del Prado por reunir todas estas obras no tiene precedente y consolida a Guido Reni como uno de los grandes maestros de su tiempo, poco conocido en la actualidad, pero que goza de una gran reputación durante su vida de hombre solitario y misterioso, dotado de un gran dominio del pincel en un momento en que el arte en Italia y en España está al servicio de la contrarreforma católica y actúa como propaganda de fe. Qué mejor manera de acércanos a Dios que a través la piedad que los cuadros de Reni inspiran.
DATO
Por primera vez se exhiben juntas las dos versiones que Guido Reni hiciera del mito de Atalanta e Hipómenes entre 1618-1619 y 1620-1625, respectivamente.