La pandemia del coronavirus convulsiona la temporada actual de la Fórmula 1 pero también la preparación de la próxima, lo que obliga a retrasar un año la gran revolución de la competición, que se esperaba para el 2021.
Para el próximo curso estaba prevista una batería de cambios de reglamento, con normas para el diseño de nuevos monoplazas y para impulsar carreras más animadas, con más adelantamientos.
Actualmente, los coches de la Fórmula 1 tienen muchas dificultades para circular uno tras otro debido a las turbulencias aerodinámicas que generan. Suprimiendo numerosos alerones y autorizando el regreso de la técnica llamada "efecto de suelo", ese nuevo reglamento aspira a permitir su acercamiento cuando circulan a velocidad plena.
Como consecuencia de ello, las escuderías debían efectuar en el 2020, en la práctica, la preparación de dos temporadas en una, la actual y la puesta a punto para la próxima. Pero tras el aplazamiento de los siete primeros Grandes Premios del 2020 se enfrentan a un calendario lleno de incertidumbres.
"Tenemos la impresión de pasar nuestro tiempo haciendo planes", constataba el martes Frédéric Vasseur, jefe de la escudería Alfa Romeo.
Tras aplazarse o anularse el jueves los Grandes Premios que iban a disputarse en mayo en Holanda, España y Mónaco, el primero del 2020 podría ser el de Azerbaiyán, a principios de junio, en el mejor de los escenarios.
Eso no da necesariamente más tiempo a los ingenieros para trabajar en los futuros coches porque el parón de mitad de temporada, normalmente previsto en agosto, fue adelantado a marzo y abril para dejar nuevas fechas libres en el calendario, mientras que las medidas de confinamiento impiden a muchos acudir a su puesto de trabajo.
La Federación Internacional del Automóvil (FIA), artífice del nuevo reglamento en colaboración con las diez escuderías y el promotor de la F1, se rindió a la evidencia el jueves y retrasó un año la revolución prevista. En el 2021 habrá por lo tanto continuidad respecto a los modelos actuales y el 'Big Bang' de la F1 pasa ahora al 2022.
El motivo es esencialmente financiero. Enfrentadas a una disminución del número de Grandes Premios este año, las escuderías, sobre todo las menos fuertes, habrían tenido problemas para financiar las inversiones necesarias para la construcción de sus nuevos coches.
Para aliviar esa presión, la FIA indicó que estudiaba también "el congelamiento potencial de ciertos elementos" utilizados este año.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, la naturaleza exacta de los elementos que se verían congelados todavía debe ser determinado. Todas las escuderías, que votaron por unanimidad el aplazamiento de las nuevas reglas, no están de acuerdo sobre ello y hay grupos de trabajo constituidos para buscar las soluciones.
El paso a ruedas más grandes con gomas más finas, que estaba también previsto, se verá igualmente aplazado.
Nivelar las diferencias
Por contra, el segundo pilar de la revolución, es decir el techo de los costes económicos de funcionamiento de una escudería de Fórmula 1, se mantiene.
Limita a US$ 175 millones (160 millones de euros) el presupuesto anual, en lugar de los US$ 500 millones (450 millones de euros) a los que se acercan los mayores equipos, como Ferrari o Mercedes.
La medida se aplicará en el 2021, como estaba previsto, y luego de manera más rigurosa en el 2022.
El aplazamiento de las normas reglamentarias se produce en un momento en el que el mercado de traspasos de pilotos está igualmente a la expectativa.
Lewis Hamilton, seis veces campeón mundial y defensor del título, finaliza contrato este año con Mercedes, igual que el cuatro veces campeón mundial alemán Sebastian Vettel con Ferrari.
La conquista de un sétimo título mundial este año permitiría a Hamilton, a sus 35 años, igualar a títulos con el mítico Michael Schumacher. La perspectiva de tener que correr en el 2021 con los mismos monoplazas podría llevarle a reflexionar sobre el futuro de su carrera.
Vettel, por su parte, ha criticado a menudo los coches actuales y calificó el dominio actual de Mercedes, que amenaza con prolongarse ahora también en el 2021, de “aburrido”.