Ante la inestabilidad, el corazón y el bolsillo de comensales e inversionistas gastronómicos, se refugia en formatos conocidos y confortables. Una inversión confiable para quien espera dinero o placer cuando de un lado y del otro de la mesa se minimiza el riesgo. En Lima, la inspiración culinaria reciente y la consecuente evasión de lo cotidiano, toman dos formas principales que se reflejan en los proyectos de los que más se habla: para ticket medio, el repertorio criollo propio de tabernas y cevicherías, como La Capitana y Cumpa; y en el rango más alto del gasto, la siempre presente cocina italiana. Estas son las propuestas más recientes, que vienen dando la cara por la pasta y el risso en este inicio de año.