
En las últimas semanas teletrabajar se convirtió en la solución para mantener a las empresas en funcionamiento. Sin embargo, datos de NordVPN, un proveedor de servicios de red privada virtual personal, revelaron que en varios países se labora horas adicionales a lo habitual.
El estudio detalló un incremento de hasta 40% en la jornada de Estados Unidos, a partir del 11 de marzo. Asimismo, el portal La República de Colombia precisó que, en algunos países como Reino Unido, España, Francia y Canadá, las personas empiezan a laborar más temprano y su trabajo se extiende en promedio dos horas.
Los factores detrás
Silvana Cárdenas, gerente de Right Management en Perú, Chile, Uruguay y Paraguay, explica que el no poder salir de casa hace suponer a algunos empleados que están obligados a mantenerse conectados permanentemente.
“Al no existir un protocolo para teletrabajar se trasladan las mismas dinámicas de la oficina al hogar”, señala Cárdenas. Por ejemplo, se pactan múltiples videoconferencias que alargan la jornada para despejar dudas que podrían resolverse en una llamada de solo tres minutos. La falta de estandarización no permite un balance entre la vida laboral y personal.
Por su parte, César Cáceres, magíster en ciencias económicas de la Universidad de Piura y experto en gestión del talento y management, sostiene que las pausas habituales se convirtieron en activas. “Esto da la sensación de que se resta tiempo a la jornada y se intenta compensarlo con más trabajo”.
Ernesto Rubio, gerente general de Ronald, Career Services Group, agrega que, propio de la personalidad y la gestión emocional de algunos colaboradores, estos se autoimponen exigencias.
Afectación a largo plazo
Rubio menciona que caer en “las trampas” del home office, como estar todo el día conectado, podría crear perturbaciones y ser dañino para el desempeño laboral.
“No equilibrar la vida personal y el trabajo genera estrés, ansiedad y afecta la armonía”, asegura Diana Rake, socia de Transearch Perú, headhunter y coach internacional. “Aparecen sentimientos de inseguridad e incertidumbre porque el colaborador no consigue resultados de la forma en la que está acostumbrado”, explica Silvana Cárdenas.
¿Qué hacer?
Rake sugiere plantear acuerdos con el equipo y delimitar el horario de trabajo. También es importante que se definan metas y un procedimiento para dar seguimiento a las tareas diarias. Así como las plataformas y herramientas virtuales que se usarán para el home office. La experta agrega que, de ser posible, se planifiquen las tareas desde la noche anterior.
Sumado a ello, Silvana Cárdenas considera fundamental que se fijen reglas claras con la familia sobre las interrupciones. “Contar con un espacio físico dedicado a trabajar ayuda a evitar que se pospongan las labores en favor de otras actividades o viceversa”, indica.
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