Las personas que trabajan con Sandra Plevisani lo hacen desde hace muchos años. ¿Tienen más paciencia ellos contigo o tú con ellos?, le pregunto a la repostera que es autora de 57 libros. “Es recíproco, supongo. No debe ser fácil aguantarme tampoco”, admite. Pero si alguien puede ser más exigente es su esposo Ugo, quien, según cuenta, hace poco la criticaba por unas almendras que no había tostado correctamente. “Te juro que lo he hecho, doble tostado, primero sin moler y luego molida”, le explicaba ella. Él no le creyó. Ella lo volvió a hacer. Es engreidora, dice.