Si hay una muestra viva del sincretismo cultural entre España y Perú, esta sería el carnaval. Cuenta la historia que, durante la cuaresma-periodo de preparación para la Semana Santa-, los cristianos se veían privados de comer carne y otras actividades vinculadas al placer. Así nació el carnaval: una tradición llena de alegría y que se da justo días antes de esta fecha importante para la reflexión en el calendario religioso.
“El sincretismo cultural está presente en muchas manifestaciones culturales del Perú. Sin duda, el carnaval no es la excepción. Aquí se mezcla el concepto de festejo con los elementos propios de cada región. Le que cada pueblo ha hecho es adaptarlo a sus propias costumbres”, explica Raúl Quispe, director del Ballet Folclórico Nacional, que abrirá su temporada 2024 con una puesta en escena que busca transmitir la esencia del carnaval peruano.
21 bailarines varones 20 mujeres y 9 músicos serán los encargados de transmitir la alegría, la hermandad y la complicidad que cada comunidad tiene en estas celebraciones. “Los carnavales se realizan entre febrero y marzo en todo el Perú. Cada pueblo es distinto y hay ciertas variaciones en los instrumentos, la vestimenta, la música dependiendo de la región. Cada una tiene un contexto diferente y este año buscamos diversificar la propuesta para que el público pueda conocer un poco más de esta festividad”, comenta Quispe.
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Actualmente, 25 carnavales han sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, aunque, evidentemente, hay más expresiones artísticas en todo el país. Por eso, la propuesta del Ballet Folclórico Nacional este año es mostrarle al público las danzas de los lugares
“Este año incluiremos danzas del carnaval de Amazonas, de Chachapoyas, por ejemplo; también temas distintos del carnaval huamanguino e incorporaremos danzas de Puno. Los carnavales no solo se celebran en Cajamarca o Ayacucho, en realidad es en todo el Perú, y con esta propuesta buscamos educar y entretener al público. La idea es que se entienda el trasfondo histórico y cultural en el que se desarrolla la danza”.
Arte e identidad
Identidad regional y orgullo de los pueblos expresada en bailes, música y tradiciones que trascienden al tiempo. Así se podrían definir los carnavales en el Perú y ese es el concepto que el Ballet busca transmitir. En este caso, el espectáculo mostrará danzas que se bailan en carnavales de la costa, la sierra y, esta vez, de la selva. Clásicos como los carnavales ayacuchanos, tan aclamados por el público, compartirán repertorio con propuestas como el Son de los Diablos, de la costa.
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“La música en vivo envuelve al público dentro de la propuesta cultural. Además, nos ayudamos de recursos como el videomapping o proyecciones de imágenes para aportar dinamismo en las interpretaciones de algunas escenas. El público busca expresiones naturales y vivas de cada pueblo. Los carnavales son espontáneos. Cada una de las representaciones son realizadas en las calles de cada comunidad. Buscamos que la gente sienta como si estuviera en Puno o Ayacucho desde el teatro”, detalla Quispe.
La magia detrás del escenario
Los bailarines del Ballet Folclórico Nacional tienen una preparación de aproximadamente 2 meses antes de la primera función. Si bien el entrenamiento es constante, antes de cada puesta en escena, los artistas ensayan 4 horas diarias y, semanas antes del estreno, los equipos musicales, de luces y escenografía se unen, bajo la batuta del director, para lograr integrar la puesta en escena completa y conseguir eso que se conoce como magia en el escenario.
“El público ve el producto final y siempre buscamos que se vayan contentos, con el sentimiento de identidad que solo la danza peruana puede dar, pero detrás de eso hay un gran trabajo colectivo, explica Quispe.
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Según el director del elenco, los ensayos son con música en vivo para que los bailarines y los músicos conecten y la coreografía transmita lo que la danza necesita. Y el esfuerzo no acaba allí. “Muchas veces, los danzantes tienen que estar con dos o tres vestuarios puestos, porque no hay mucho tiempo para cambios. A veces tienen menos de 10 minutos y tratamos de hacer maravillas para que los tiempos de cada danza calcen con el tiempo que necesitan para cambiar de vestuario. Es una locura, pero todo se compensa con el recibimiento del público”, comenta.
DATOS
- La puesta en escena tiene una duración de una hora y media aproximadamente.
- ‘Carnaval, nuestra tradición continúa’ abre la temporada de presentaciones del Ballet Folclórico Nacional en abril.
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