Para que toda una cadena de suministro en el sector de la moda se rompa, a veces todo lo que se necesita es una cremallera o una caja faltantes.
Así le sucedió a Amy Smilovic, fundadora y directora creativa de la marca de Nueva York Tibi, cuya empresa obtiene tela en el norte de Italia y fabrica gran parte de su ropa en China.
Según recoge The Financial Times en una crónica, Smilovic llegó a la Semana de la Moda de París, pero las complicaciones del covid-19 la obligaron a detener sus entregas programadas para marzo y abril. Como ella, miles de pequeños productores en el mundo han quedado varados.
Se rompe el círculo
La expansión del coronavirus ha obligado al mundo a pensar en la dependencia con el mercado chino.
Mientras tanto, con el fin de ayudar a pequeños empresarios, Carlo Capasa, presidente de la Cámara de Moda Italiana, solicitó a su gobierno por ejemplo, que establezca un fondo de garantía para ayudar a los bancos a adelantar el crédito a las empresas, reducir los impuestos y permitir reducciones temporales en los contratos de alquiler.
Medidas similares podrían tomarse en otras capitales donde han sido cancelados numerosas semanas de moda y eventos del sector programados hasta mayo. La última convocatoria importante reprogramada es el Met Gala, previsto para el 4 de mayo.
Para aterrizar este paro de la industria en número, basta nombrar el precio de las entradas a eventos como el Met Gala: US$ 35,000 por persona y entre US$ 200,000 y US$ 300,000 para obtener la reserva de una mesa.
Toda esta situación genera un fuerte impacto en ventas. De acuerdo con Fashion United, Ralph Lauren informó una disminución anual en las ventas en una estimación de US$ 55 a US$ 70 millones.
Asimismo, Capri Holdings (propietario de Versace, Michael Kors y Jimmy Choo) experimentó una pérdida de ingresos de US$ 100 millones, según CNBC.
“Creo que la desaceleración de este momento también afectará el primer semestre del 2021”, pronosticó el presidente de Confindustria Moda, Claudio Marenzi, en entrevista con The Wall Street Journal.
Cambio de imagen
El índice MSCI Europe Textiles, Apparel & Luxury Goods, que mide el mercado de lujo ha caído un 23%, con un valor de US$ 152 mil millones borrados del mapa.
Sin embargo, más allá de lamentar numerosas pérdidas y cierres, las casas de moda han tomado decisiones respecto a su imagen.
El tiempos de crisis, el plan de Versace, Chanel, Hermes, Burberry, Prada, Ralph Lauren, Armani, Gucci y Dior sería demostrar que no son la industria frívola.
Por ejemplo, LVMH dio US$ 2.2 millones a la Cruz Roja de China y se comprometió a proporcionar suministros médicos, informó Tianwei Zhang de Women’s Wear Daily.
Asimismo, el conglomerado de lujo Kering, propietario de compañías como Gucci, Yves Saint Lauren y Alexander McQueen, donó US$ 1 millón a la Cruz Roja de China.
El diseñador Giorgio Armani también donó US$ 1.4 millones a hospitales italianos.