Que el vino rosado es “solo” para mujeres, que es dulce o solo se toma en verano, que es “inferior” a los vinos tintos o que “todos los rosados son iguales” son algunas ideas que ya deberíamos erradicar para permitirnos la exploración y el disfrute de esta maravillosa bebida. “Rosado para las niñas”. Permitámonos ya despercudirnos de este prejuicio y entender que, independientemente del género, podemos disfrutar de un buen vino rosado.