Los Juegos Paralímpicos comenzaron hoy y durarán hasta el 5 de setiembre. El evento, en el que participarán 4,400 deportistas, tendrá a la innovación tecnológica como otro de sus aspectos más atractivos. Esta va desde prótesis hasta sillas de ruedas hechas con fibra de carbono.
Por ejemplo, las sillas de parabádminton, deporte que debutará en Tokio 2020. Este tipo de silla de ruedas tiene respaldos y ruedas adicionales que les permiten a los jugadores lograr golpes y movimientos diversos, girar o inclinarse hacia atrás sin volcarse.
En el caso de las sillas de rugby, están diseñadas para resistir fuertes impactos. Están hechas de metal de aluminio o titanio y tienen una o dos ruedas adicionales (según la discapacidad del atleta).
En el caso de los ciclistas, que pueden superar los 60 km/h en las competencias, se utilizan bicicletas de carreras convencionales, pero con algunas modificaciones, dependiendo si el ciclista tiene alguna discapacidad en uno de los brazos o de las piernas.
Y si es que algún atleta tiene algún problema técnico, hay un taller de reparaciones que ofrece sus servicios en 26 idiomas, cuenta con más de 100 expertos y tienen más de 17,300 piezas de repuesto. Se esperan más de 2,000 reparaciones durante el evento.
El símbolo del paradeporte
Si hay algo que se ha convertido en símbolo de los Paralímpicos, son las cuchillas para correr o “running blades”. Estas están hechas de fibra de carbono y son usadas por atletas amputados para reemplazar la pantorrilla y el tobillo.
Este dispositivo, sin embargo, es bastante caro. Una prótesis de la marca Xiborg puede costar hasta US$ 600,000. En Río 2016, el atleta japonés Keita Sato logró una medalla usando este producto y en Tokio 2020, Estados Unidos y Países Bajos la utilizarán.
Sin embargo, el objetivo de la empresa, que comenzó como una startup, es poder fabricar productos cuyos precios estén por los US$ 1,000.