Cada 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Seguridad Informática o Día de la Ciberseguridad. A propósito de esta fecha, un estudio de Fundación Mapfre, elaborado por Pulso PUCP, realizó una encuesta entre 806 adolescentes de Lima, Callao y Arequipa para conocer cómo hacen uso de la tecnología y de las redes sociales.
Para el doctor Edwin Salas, asesor principal del estudio, las redes sociales se han convertido en la principal fuente de información para este grupo etario. “La información que se tiene gracias a ellas se da en tiempo real, está disponible en todo momento y se puede acceder a ella de forma ilimitada”, comenta para Gestión.
Uno de los hallazgos de este documento es que la mayoría de los adolescentes pasan entre una y cinco horas al día conectados a Internet (ver cuadros). En ese sentido, se trata de una generación que tiene entre sus integrantes a los mayores usuarios de la tecnología, según Salas. Sin embargo, precisa el psicólogo, esto no quiere decir que los otros grupos etarios no lo hagan, sino que lo hacen “tal vez con menos dedicación” que estos chicos.
A diferencia de los chicos nacidos en los 90, que usaban la tecnología disponible como máximo una hora al día, los centennials han crecido con más adelantos tecnológicos que les han permitido dedicar más tiempo a estar conectados. De ahí que el 77% de ellos se conecte desde un smartphone.
Esto, a su vez, representa una oportunidad para las marcas de empezar a conocer a los consumidores en mayoría del futuro. Víctor Lozano, director de Innovación de la consultora Verne Future Mindset, sostiene que la primera oportunidad que se evidencia para las empresas es empezar a entender cómo llegar a ellos.
“Según el estudio, YouTube y TikTok son las dos plataformas en las que estos jóvenes tienen mayor actividad. Estamos hablando de adolescentes que son mucho más audiovisuales que los de generaciones pasadas. Es decir, se van a comunicar a través de imagen y videos, que serán dos formatos que conectan mejor con ellos”, explica.
Y es que, para estos adolescentes, la capacidad de comunicación sobre la base de interacción cara a cara se ha ido perdiendo, de acuerdo con Salas. Por lo tanto, tienen dificultades para entender, por ejemplo, textos académicos clásicos. “Esto puede explicar por qué pueden pasar ocho o más horas al día dedicados a actividades de las redes sociales”, agrega.
Sobre el uso de WhatsApp en específico, Lozano comenta que este se ha convertido en un canal de preferencia para los adolescentes, no solo por su valor comunicacional, sino transaccional. En ese sentido, apunta que las marcas no solo pueden ganar posicionamiento a través de él, sino también generar transacciones si así lo quisieran.
Riesgos del uso inadecuado y la posición de las marcas
No todo es positivo en cuanto al uso de la tecnología. Los expertos sostienen que hay que tomar estos datos con cuidado y algo de preocupación.
Asimismo, el uso inadecuado de esta tecnología podría llevar a algunos jóvenes a desarrollar problemas psicosociales, según el doctor.
“Hay una necesidad de recibir la información de forma inmediata, ya que la tecnología lo permite. Esto puede llevar a que se entienda que todo puede ser ‘al instante’, como los vínculos y relaciones de amistad”, detalla.
Ante ese panorama, Lozano señala a las empresas y líderes de organizaciones como responsables de generar una sensibilización en torno a todo lo que tiene que ver con situaciones de riesgo y vulnerabilidad en este grupo etario.
“Si bien el Estado y los padres de familia son quienes usualmente velan por esto, las marcas pueden jugar un rol importante al ser entes que ayuden a educar sobre ciertos temas, aportar valor con determinados tipos de contenidos y conectar de manera mucho más relevante con sus audiencias, en este caso adolescentes”, recomienda.