Una estadounidense madre de tres hijos participa hace mucho tiempo en grupos antivacuna en internet: una comunidad global pequeña pero ruidosa que cree que las medidas de prevención son una estafa peligrosa y se niegan a recibir inmunización o a dársela a sus niños.
Pero el Covid-19 está sacudiendo sus puntos de vista. La mujer, que se identificó sólo como Stephanie por miedo a represalias, declara que ahora sus probabilidades de vacunarse si se descubre una cura para la enfermedad son 50 y 50.
“Definitivamente lo he pensado”, confiesa a Reuters por teléfono, frustrada de que los antivacunas minimicen la gravedad de la pandemia. “Todos estamos afectados por este virus, las escuelas están cerrradas, hay jóvenes en el hospital y todavía dicen que es un engaño”.
Mientras científicos y farmacéuticas de todo el mundo buscan una cura, otros antivacunas se preparan para luchar.
"Rechazo y manifestación", escribió un británico en una publicación de Facebook que preguntaba a los internautas cómo reaccionarían si una vacuna fuera obligatoria.
Pero algunos virólogos dicen que la búsqueda de una vacuna tiene tanto respaldo que la resistencia se disipará.
Las últimas encuestas nacionales realizadas por ORB International para el Vaccine Confidence Project (VCP), que rastrea las actitudes hacia la inmunización, parecen apoyar esa idea.
En Francia, donde un sondeo del 2018 mostró que una de cada tres personas no consideraba que las vacunas fueran seguras, ahora el 18% rechazaría una vacuna contra el coronavirus, según una consulta de VCP a cerca de 1,000 personas realizada el 18 de marzo, un día después de que Francia implementase cuarentenas.
"Si se pusiera a disposición una vacuna mañana, todos correrían a obtenerla", afirmó Laurent-Henri Vignaud, coautor de una historia del movimiento antivacunas de Francia.
“No me inyectaré con nada”
Aunque el término "antivacuna" a veces se asocia con teorías conspirativas, muchas personas simplemente están preocupadas por los efectos secundarios de la inyección o la ética de la industria.
En China, donde se originó la enfermedad Covid-19 causada por el nuevo coronavirus, encuestas realizadas por VCP muestran que la seguridad es una de las preocupaciones. En el 2018 una unidad de Changsheng Bio-Technology fue multada cuando se descubrió que falseó datos para una vacuna contra la rabia.
Discusiones en línea rastreadas por Reuters, incluidas grupos privados de Facebook con más de 200,000 miembros, feeds de Twitter como Children's Health Defense y videos de YouTube con más de 700,000 visitas, mostraron que se cree que una vacuna desarrollada a toda prisa podría probarse de manera incorrecta.
La directora de VCP, Heidi Larson, dijo que esa fue también la razón principal de preocupación sobre la vacuna contra la pandemia de gripe porcina H1N1 en el 2009.
Una inyección contra la peste porcina producida de forma acelerada en 1976 llevó a que aproximadamente una de cada 100,000 personas desarrollara el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno del sistema inmune que causa parálisis temporal, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
"No me inyectarán nada, menos una vacuna hecha a la rápida", declaró la estadounidense Vicki Barneck, de 67 años, quien cree que un sistema inmunitario fuerte es suficiente para combatir la enfermedad.
Sin embargo, un artículo del 2015 realizado por epidemiólogos de los CDC dijo que “múltiples estudios y revisiones científicas no han encontrado asociación entre la vacunación y las muertes, excepto en casos raros”.