(Foto: Shutterstock)
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El es la enfermedad neurodegenerativa que afecta a 24 millones de personas alrededor del mundo apróximadamente. Aunque aún se tienen pocos conocimientos sobre sus causas, esta emfermedad se caracteriza por la formación de placas de β amiloides y «ovillos» nerufibriles de proteínas tau, que tienen una estructura parecida a los priones.

Según el portal , la acumulación de estos elementos provoca una reacción de las células del sistema inmunitario residentes en el cerebro (microglías). La inflamación generada en este proceso degenera el tejido neuronal. Los síntomas incluyen pérdida de memoria, desorientación, problemas con el lenguaje y cambios en el comportamiento.

Sin embargo, en los últimos años se han incrementado los estudios sobre los efectos de las dosis muy bajas de la droga psicodélica LSD (dietilamida del ácido lisérgico).

Las microdosis de LSD no producen ningunas de las alteraciones en la percepción asociados al “viaje psicodélico”, con efectos visuales y auditivos, y alucinaciones. No obstante sí se han identificado efectos positivos de estas pequeñas dosis de sustancias psicodélicas para tratar la depresión.

Se presume que esta droga actua reduciento la inflamación, también asociada a los trastornos depresivos. Esto es justo lo que ha podido comprobar un estudio realizado en personas mayores con riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.

El LSD tiene «propiedades antiinflamatorias profundas» actuando sobre los receptores 5-HT2A en las neuronas, que entre otras cosas, regulan la actividad de las microglías.

Las dosis empleadas en el experimento fueron de 5 μg, 10 μg, y 20 μg de LSD, y se toleraron bien sin efectos distinguibles del placebo. En comparación, la dosis recreativa de LSD suele ser de unos 100 μg.

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