Redacción Gestión

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(Bloomberg).- Cuando Greg Foster tiene un mal día, se retira a una sala en lo profundo de las entrañas de las oficinas de Imax Corp. en Los Angeles. Ahí, el ejecutivo que encabeza la división de entretenimiento de Imax puede reconectarse con lo que más ama de su trabajo: ver películas.

En un gran edificio gris de la zona industrial conocida como Silicon Beach, Imax ha construido una sala de proyección con todos los detalles que un espectador desearía de una experiencia frente a la pantalla grande.

La pantalla curva de 18 metros de ancho y 14 metros de largo se inclina sobre un auditorio con 95 butacas tipo estadio. En la del centro se han sentado algunos de los directores más grandes del mundo, entre ellos JJ Abrams, de Star Wars: El despertar de la fuerza.

Si alguna vez usted ha desembolsado los casi US$ 20 que cuesta la entrada para ver una proyección en una pantalla Imax, casi el doble de lo que vale un boleto de cine promedio, sabrá a qué se debe tanto alboroto: imágenes luminosas en alta resolución, un sonido envolvente y una pantalla curva permiten al observador sumergirse en la película.

Ahora, el operador canadiense está trayendo esa experiencia a su hogar para que usted y 18 de sus amigos más cercanos la disfruten… siempre y cuando tenga más de US$ 5 millones para gastar.

Estrenos a la carta.El Imax Private Theatre tiene en la mira a un grupo creciente de personas con alto poder adquisitivo (aquellos que tienen activos superiores a US$ 5 millones) de lugares como China y Medio Oriente.

Allí, los espectadores no solo obtendrán una experiencia de la más alta calidad (el director de Interestellar, Cristophen Nolan, estaría muy contento) sino que también podrán ver estrenos al mismo tiempo que en cartelera -un avance radical para los estándares de Hollywood.

Los sistemas de home theater de Imax en China y el Medio Oriente tendrán un decodificador de US$ 10,000 para obtener películas de estreno llamado Imax Home Premier, que contará con tecnología de seguridad de acceso por medio de huella digital y con un cargo adicional por cada renta.

Oportunidad de crecimiento.La iniciativa es una fuente potencial de crecimiento para el exhibidor --la cual difícilmente se encontraría en Estados Unidos donde el mercado del cine está estancado y solo se están construyendo unas pocas salas-. El crecimiento está en China.

La fascinación de ese país por las películas de Hollywood está impulsando un auge sin precedentes en el número de pantallas. En promedio se construyeron 22 por día el año pasado. La taquilla en China superará a la de los Estados Unidos en los próximos años.

El proyecto es una empresa conjunta con TCL Corp., que provee parte del software y el hardware para el sistema. Después de lanzar una sala de exhibición en Shanghái en junio del 2015, ambas compañías anunciaron que se habían vendido 130 pantallas hasta abril de este año. Más salas de exhibición se abrirán en China, Dubái y América del Norte para finales de este año, dijo un vocero de Imax.

Desde la perspectiva de Wall Street, esta es una estrategia de bajo riesgo y no canibaliza su negocio principal. Algunos analistas quedaron impresionados con la aceptación que hubo en China y con los planes de lanzamiento en Medio Oriente para este año, lo que podría generar un pequeño aumento en las ganancias del 2017, de acuerdo con Eric Wold, analista en B. Riley & Co. La jugada "representa otra oportunidad para impulsar la tecnología y la marca Imax con un mínimo costo o riesgo para la empresa", agregó.