Las nuevas fábricas inteligentes y los robots logísticos para la entrega de paquetes protagonizaron el foro de Zhongguancun, el “Silicon Valley de Pekín”, celebrado estos días en un momento de escrutinio sobre el sector tecnológico en China por las presuntas prácticas monopolísticas de sus empresas.
El foro, que tuvo lugar por primera vez en el 2007, contó con la participación de personalidades relevantes del colectivo tecnológico como el fundador de Xiaomi, Lei Jun, quien afirmó en un discurso que la empresa busca convertirse “en el mayor fabricante de teléfonos móviles por ventas del mundo”.
Para ello, la compañía -que captó un 41% de los envíos de teléfonos inteligentes en España en el segundo trimestre del 2021, colocándose como la marca líder, según la consultora Canalys- se apoyará “en la manufactura inteligente”, dijo.
El directivo presentó a tal efecto una fábrica inteligente que la marca china está construyendo en las afueras de Pekín, la cual “funcionará sin personal” y producirá “10 millones de teléfonos móviles de alta gama cada año”.
“La manufactura inteligente supone un mar de oportunidades”, señaló Lei, y agregó que “el 75% de las empresas chinas” ya se están preparando para aplicarla.
Por su parte, Xiaomi ha bautizado a esta forma de producción “luz negra” porque apenas necesitará trabajadores humanos, con la idea de gastar menos energía, ahorrar costes laborales y aumentar el rendimiento.
La fábrica estaría lista para comenzar sus operaciones en el 2023.
Robots para agilizar las entregas
Una de las empresas que más esperanzas tiene depositadas en la robótica es la plataforma de comercio electrónico JD.com, competidor directo del gigante Alibaba en ventas minoristas ‘online’ en el gigante asiático.
La compañía, que tiene su sede en Pekín, presentó un sistema de robots logísticos para almacenes que pueden trabajar tanto en el suelo como en estanterías, “rompiendo la limitación de que los robots funcionan sólo en horizontal o vertical”, según la descripción que se podía leer en su estand.
También presentaron sus robots para la entrega de paquetes, los cuales podrían potencialmente sustituir a sus 190,000 repartidores encargados de “la última milla”, la parte más compleja de la red logística.
En los últimos meses, las empresas del sector están explorando la posibilidad de sustituir a sus repartidores por robots, ya sean terrestres o aéreos.
Buscan una mayor rentabilidad, pero también se preparan para un futuro en el que no podrán contratar repartidores humanos tan fácilmente: según el XIV Plan Quinquenal de China (2021-2025), la población en edad de trabajar (16-59 años) se reducirá en 35 millones de personas, hecho que podría suponer una reducción de la mano de obra procedente de las áreas rurales de la que se nutren estas empresas.
El coronavirus, también protagonista
El foro también tuvo una parte sanitaria protagonizada por las vacunas contra el coronavirus: un científico de la Universidad de Xiamen, Xia Ningshao, presentó una que se puede administrar por aerosol nasal y que es efectiva 24 horas después de su aplicación, lo cual, según dijo, “mejoraría la capacidad de respuesta china a los rebrotes” y “aumentaría la seguridad de los eventos públicos a gran escala”.
Los desarrolladores del proyecto esperan que, administrándose por espray nasal, la vacuna pueda formar una barrera inmune “de primera línea” contra el virus en el tracto respiratorio superior, con lo que aumentaría su efectividad.
Este método facilitaría igualmente las campañas de inmunización contra el virus.
Hasta ahora, el país asiático ha administrado 2,206 millones de dosis de sus vacunas para el COVID-19, aunque los expertos del país aseguran que la variante delta hace que China necesite inocular a al menos el 83% de su población, de 1,411 millones de personas, para lograr la inmunidad de rebaño.
El foro se celebró en un momento en que varias tecnológicas chinas han afrontado investigaciones y multas por parte de las autoridades reguladoras, que las acusa de mantener monopolios o de vulnerar la privacidad de los usuarios.
Las pesquisas de los organismos correspondientes conllevaron la retirada de las tiendas de aplicaciones de Didi, el “Uber chino”, una multa récord a Alibaba o la prohibición de que los menores de edad pasen más de tres horas a la semana jugando en línea.
En ese sentido, Xi declaró en un discurso virtual para inaugurar el foro que China busca crear “un ecosistema de innovación de primer nivel”, pero advirtió de que “se perfeccionará la regulación de la tecnología”, la cual debería “contribuir a la felicidad de los seres humanos”.