A partir de este lunes, las compañías que usen robots para contactar con ciudadanos mediante llamadas o correos electrónicos, los popularmente conocidos como "bots", deberán identificarse en California, Estados Unidos y alertar al receptor de que está "hablando" con un ente no humano.
La ley 1001 del senado estatal de California, que entró en vigor este lunes, requiere que las comunicaciones con estas máquinas, cada vez más comunes en ámbitos como la publicidad o el servicio de atención al cliente, sean transparentes desde el primer momento y que el usuario sepa con quién está hablando.
De este modo, una de las primeras frases que se intercambiarán de ahora en adelante en este tipo de conversaciones será algo parecido a "hola, soy un robot", con el objetivo de evitar la forma engañosa o deliberadamente confusa con que a veces se usan estos robots para influir en el comportamiento de las personas.
Junto a la de los "bots", casi una decena de leyes entraron en vigor en California este lunes, siendo una de las más sonadas la que incrementa en 6 centavos por galón el precio de la gasolina, de manera que a partir de ahora los impuestos sobre el carburante en el estado ascienden ya a 61 centavos por galón.
California se convierte de este modo en el estado de Estados Unidos con un impuesto más elevado sobre la gasolina, por encima de Pensilvania, que con casi 59 centavos por galón ocupaba ese puesto hasta la fecha.
Las autoridades estatales esperan recaudar un extra de 54.000 millones de dólares con este incremento impositivo en los próximos diez años, y los votantes californianos mostraron su apoyo a la medida el pasado noviembre, cuando rechazaron en referéndum una moción para que la subida de impuestos se cancelase.
Otra ley destacada de las que fueron implementadas este lunes es la prohibición a los cazadores de usar cualquier tipo de munición que contenga plomo, ya que este resulta altamente tóxico y está dificultando las tareas de protección del cóndor de California, una especie de ave autóctona amenazada.
Durante la caza, el plomo de los perdigones se esparce por el bosque, y varias investigaciones apuntan a que es la principal causa de muerte por intoxicación de la majestuosa ave californiana, además de afectar también a otras especies de pájaros como búhos, halcones y águilas.