Vivimos en un mundo de datos. Como usuarios digitales los proporcionamos a diario, muchas veces sin ser conscientes del uso que se hará de ellos o de nuestros derechos. Cada 28 de enero, el Día Europeo de la Protección de Datos sirve para concienciar de su importancia.
Aunque los internautas saben cada vez más sobre la importancia de proteger la información personal, no es extraño escuchar la frase: “¿A quién le van a interesar mi datos?”. Pero la realidad es que sí interesan y por motivos de lo más variado.
Por ello es importante proteger y gestionar adecuadamente esa información sensible, porque “todo lo que hacemos en internet deja rastro” y nuestros datos personales “son valiosos”, recuerda el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España.
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Si la privacidad de nuestros datos no está protegida, corremos el riesgo de que los usen de forma fraudulenta en actividades ilícitas los ciberdelincuentes.
Estos suelen traficar en el mercado negro con datos robados que logran mediante ataques dirigidos o a través de brechas de seguridad en sitios web y los usan para actividades ilícitas como extorsión o suplantación de identidad.
Al margen de la delincuencia, hay muchas compañías interesadas en recopilar nuestra información personal para generar publicidad dirigida, realizar estudios estadísticos y elaborar perfiles de consumidores, advierte la Oficina de Seguridad del Internauta en España.
Los sitios web cada vez recogen más información sobre nosotros, que posteriormente comparten con terceras empresas, lo que puede transformarse en publicidad dirigida basada en nuestros intereses y en nuestras últimas búsquedas, visitas y compras por internet.
Aunque surgen métodos de seguimiento cada vez más sofisticados para analizar nuestra actividad en la red, no estamos desprotegidos, recuerda, por lo que aconseja no aceptar “cookies” de terceros en las webs que se visitan, borrar habitualmente el historial de navegación, usar la navegación oculta o desactivar la geolocalización para evitar que los sitios web sepan dónde estamos.
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La mejor forma de proteger nuestros datos -agrega- es la prevención cuidando de nuestra identidad digital y para ello hay que facilitar únicamente la información personal estrictamente necesaria para acceder a un servicio por internet y ser conscientes de lo que publicamos en redes sociales.
La privacidad de los datos personales también requiere que usemos contraseñas robustas para acceder a los servicios en la red -nada de 1234 o el nombre del gato-, y no usar redes de wifi gratuitas cuando se vaya a compartir información personal.
Otra de las recomendaciones es, quizás, la más árida para el usuario medio, y pasa por no aceptar mecánicamente y sin mirar las condiciones del servicio y las políticas de privacidad, aunque sean textos largos y de difícil comprensión hay que leerlos y, si no se está conforme, buscar un servicio alternativo.
Fuente: EFE