China está intensificando sus esfuerzos en el desarrollo de chips con ensayos de semiconductores en su estación espacial Tiangong, dentro de sus estrategias para superar las sanciones de Estados Unidos en la búsqueda de su autosuficiencia tecnológica.
Las pruebas, que incluyen el uso de más de 100 procesadores de entre 28 y 16 nanómetros simultáneamente, han permitido al gigante asiático desarrollar semiconductores de alto rendimiento, más avanzados que los utilizados por otros países en el espacio, informó hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
Además, están diseñados y fabricados internamente por China, con su propio sistema operativo SpaceOS.
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En comparación, la Nasa confirmó estar usando tecnología de hace 30 años con chips de 250 nanómetros en el telescopio espacial James Webb, el más potente construido por la humanidad.
Los experimentos en la Tiangong, según los científicos citados por el medio, reducen costos y mejoran rápidamente la tecnología, lo que es esencial para el desarrollo de chips espaciales a gran escala.
China considera que su mayor presión competitiva ya no proviene de la Nasa, sino de empresas privadas espaciales, representadas por SpaceX.
La compañía norteamericana de Elon Musk ha desarrollado chips personalizados para sus cohetes y equipos, lo que le ha dado una ventaja competitiva, como ha demostrado con su red Starlink, una constelación de satélites para difundir internet que pretende imitar Pekín.
Los científicos chinos también están trabajando en el desarrollo de semiconductores espaciales resistentes a la radiación, un desafío importante para los chips en ese entorno, ya que puede dañarlos o destruirlos.
Varios expertos chinos anticipan una demanda creciente a nivel mundial de procesadores espaciales de alto rendimiento y bajo costo, según el South China Morning Post.
La creciente demanda de internet satelital, así como el desarrollo de vehículos espaciales autónomos, impulsarán la necesidad de estos semiconductores.
El sector de los semiconductores es clave para China, ya que se trata de uno de los puntales de sus planes para reforzar su autosuficiencia tecnológica y reducir así su dependencia de terceros países ante la guerra comercial y las sanciones de Washington y otros aliados como Japón o Países Bajos.
En los últimos años, Pekín ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha logrado hitos como el alunizaje exitoso de la sonda Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un logro que ningún país había conseguido hasta la fecha.
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