La ciencia ficción lo ha imaginado durante décadas. La traducción en tiempo real directo al oído es ahora posible gracias a los últimos avances en inteligencia artificial, que permiten un diálogo fluido sin la barrera del idioma.
En la Feria Electrónica de Consumo de Las Vegas, la CES, varias empresas están promocionando sus dispositivos, cada vez más sofisticados, que permiten conversar en diferentes idiomas con solo un pequeño dispositivo que cabe en la mano o auriculares inalámbricos que apenas se notan.
Los auriculares "Pilot" de Waverly Labs (rojos, blancos y negros con un diseño elegante) traducen a 15 idiomas y cuestan entre US$ 180 y US$ 250. Si ambos interlocutores cuentan con el dispositivo, es posible hablar directamente.
Durante una breve demostración en Las Vegas, una periodista de la AFP que hablaba en francés fue traducida correctamente por el auricular de Andrew Ochoa, jefe de Waverly Labs, una compañía fundada en el 2014 en Nueva York.
En el teléfono inteligente de Ochoa, la aplicación también proporcionó las palabras por escrito, en caso de que pueda ser útil.
Juegos Olímpicos de Tokio
El auricular, a través del smartphone, "escucha la voz, la envía a la 'nube', transcribe, traduce y sintetiza" vocalmente, explica Ochoa. Como resultado, tiene unos segundos de retraso. "Es traducción 'consecutiva'" y no exactamente simultánea, añade.
Los equipos y programas de traducción e interpretación por síntesis de voz han llegado recientemente al mercado porque la tecnología no estuvo suficientemente desarrollada hasta hace al menos dos años.
"Estamos aplicando las últimas funcionalidades de la inteligencia artificial, como el aprendizaje automático o la 'neural network' (sistema informático inspirado en las conexiones del cerebro humano) a los modelos de traducción", explica, al tiempo que evoca también los enormes progresos del reconocimiento de voz.
Ahora, "estas tecnologías son lo suficientemente maduras para hacer esto posible", afirma Ochoa, quien dice que ha vendido 35,000 pares de auriculares en menos de un año, especialmente a hoteles, que obviamente necesitan poder comunicarse en muchos idiomas con sus clientes.
Menos discretos, los auriculares WT2 de la compañía china TimeKettle funcionan de manera similar y también se presentarán esta semana en el CES.
No es necesario un teléfono inteligente, en cambio, para usar Pocketalk, del japonés Sourcenext, que tiene en el punto de mira los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, porque "muchos japoneses solo hablan japonés", dice Richard Gallagher, responsable de comunicaciones.
Según él, el pequeño dispositivo, que parece un teléfono móvil de los antiguos, puede traducir 74 idiomas por US$ 299.
"Gracias al aprendizaje automático, te entiende cada vez mejor a medida que lo usas" y "se adapta a la pronunciación" del usuario, continúa, mientras hace una demostración.
"Es una excelente manera de interactuar con la inteligencia artificial", señala, afirmando que ya han vendido 200,000 unidades. Nuevamente, fueron los hoteleros los que se mostraron muy interesados, pero también comerciantes y taxistas, entre otros.
La china iFlytex, un peso pesado en inteligencia artificial y del reconocimiento de voz en Asia, también está presente en CES con su Translator 2.0, que traduce el chino a una treintena de idiomas y viceversa. El último modelo cuesta alrededor de US$ 400.
La holandesa Travis, que ahora maneja 100 idiomas, dice que ya ha vendido 120,000 traductores de bolsillo. Cuestan entre US$ 200 y US$ 250.
El poderoso Google, muy presente en el ámbito de la traducción con su famoso software escrito Translate, inauguró el baile en el 2017 con el lanzamiento de "Pixel Buds", audífonos traductores por reconocimiento de voz.
En el CES, el gigante estadounidense presentó el martes una nueva función de traducción a través de su asistente de voz virtual presente en muchos productos, teléfonos inteligentes o altavoces conectados, que ahora también pueden escuchar un idioma y traducirlo oralmente a otro.
La siguiente etapa, según Andrew Ochoa, de Waverly Labs, es la traducción realmente simultánea, que la tecnología aún no permite.