La Amazonía es todavía un lugar vulnerable, expuesto a los incendios forestales y a la tala ilegal. Se estima que el enorme territorio ha llegado a un punto de inflexión en el que se emite más dióxido de carbono del que absorbe, poniendo en riesgo los esfuerzos para mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 ºC.
Los compromisos para proteger la selva amazónica quedan limitadas ante el poco esfuerzo de los Estados para la aplicación eficiente de leyes contra la deforestación y degradación de la Amazonía para poner freno a los delitos medioambientales.
De acuerdo al Foro Económico Mundial, “el acceso a datos fiables y actualizados es clave para reducir el llamado ‘coste amazónico’ y promover decisiones de inversión inteligentes, responsables y rentables que generen oportunidades económicas que no vayan en detrimento del bosque en pie.
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Ya se han dado avances en esta materia. Diversos agentes de vanguardia ya utilizan una serie de herramientas de acceso público. Por ejemplo, MapBiomas contiene datos exhaustivos sobre las tendencias de la ocupación y el uso del suelo en Brasil, y la plataforma Selo Verde permite a los usuarios evaluar la conformidad medioambiental de propiedades individuales en el estado de Pará.
También está vigente la plataforma PrevisIA, que utiliza la inteligencia artificial para señalar las zonas en riesgo inminente de deforestación.
Además, se lanzó el tablero “Amazonia In Loco”, que pretende colmar lagunas de información crítica a nivel local y acelerar la inversión responsable en la región. Ofrece un conocimiento profundo de la dinámica ambiental, social, económica y demográfica de los 772 municipios que componen la Amazonia Legal brasileña. Presenta mapas y gráficos interactivos que abarcan temas como las áreas protegidas, los focos de biodiversidad, la productividad económica.
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“Los responsables de la toma de decisiones de los sectores público y privado necesitan acceder a visiones generales sólidas de los riesgos y oportunidades reales y potenciales sobre el terreno que pueden afectar a las empresas que operan en la región amazónica. Los datos pueden ayudar a los gestores de activos privados, los bancos y las empresas -además de a los administradores públicos y los responsables políticos- a mejorar la diligencia debida arrojando luz sobre las realidades locales y ofreciendo una nueva perspectiva sobre los impactos territoriales que van más allá de estándares ESG internacionales a nivel macro”, señala el organismo en su blog.