Vivimos en un entorno de desconfianza extrema, es decir, desconfiamos de todo y de todos salvo que se nos demuestre lo contrario. Y, a esto, no escapan las empresas. ¿Cuál es el rol que deberían tener las empresas y sus líderes en un entorno como este? ¿Qué nos espera si no ponemos la debida atención a este problema?
En este episodio, Gisella Benavente – CEO de Axia Consulting Group y especialista en ESG y liderazgo consciente – explica qué deben hacer las empresas y sus líderes para responder con éxito a un entorno que exige un cambio, planteando las bases para construir este nuevo enfoque.
Benavente sostiene que cada vez hay más gente descontenta y cansada de vivir en constantes crisis y en caos y que anhela algo distinto. En un contexto como este, en el que uno de los desafíos más urgentes es recuperar la confianza, las compañías y sus líderes tienen la oportunidad de demostrar quiénes son a través de sus acciones. Y, si bien cada vez son más las empresas que reconocen que el nuevo entorno les demanda replantear su rol frente al país, aún no hay una clara consciencia de que es crítico tomar medidas para hacerlo.
«El reto para la gran mayoría de empresas es cambiar su visión de corto plazo, en la que priorizaban únicamente generar ganancias para sus accionistas, por una visión de largo plazo, en la que crean valor para la compañía y para la sociedad», señala la especialista.
Pero ¿por qué las empresas tendrían que priorizar este cambio?
Pues por una razón fundamental y es que la actividad comercial está basada en el intercambio. En este sentido, en la medida que las actividades empresariales no están aisladas de su entorno sino inmersas en él, las empresas pertenecen a un sistema más amplio en el que dependemos unos de otros para sobrevivir.
«El éxito de la empresa en el largo plazo no está desconectado del éxito del entorno en el que opera», indica Benavente
¿Qué falta, entonces, para que nuestros empresarios tomen la decisión de ajustar la estrategia del negocio y responder a un entorno exige un cambio?
La especialista sugiere que lo primero es que los líderes necesitan interiorizar que las empresas funcionan en un sistema interdependiente. Así, cuando el objetivo es generar valor en el largo plazo, actuar en el mejor interés de la empresa y de los accionistas es también actuar en el mejor interés de la sociedad.
«Una visión de largo plazo implica repensar de donde obtendremos los recursos para generar crecimiento en el futuro y no solo enfocarnos en la velocidad del crecimiento hoy», comenta.
Hemos entrado en una nueva era en la que las empresas deben operar en un entorno sumamente interconectado, lo que hace que estén más expuestas; hay un cambio en el perfil de sus clientes y trabajadores que esperan que las compañías impacten positivamente en la sociedad; y, los inversionistas se fijan más en la gestión de los asuntos sociales, medio ambientales y de gobernanza pues reconocen que impactan en la sostenibilidad del negocio.
«Pienso que a la larga el instinto de conservación terminará impulsando un cambio en el comportamiento corporativo», dice Benavente.
Finalmente, la especialista plantea cinco ideas que las empresas pueden utilizar como base para cambiar el enfoque y construir esta nueva visión.