Tras el anuncio del presidente de la República, Pedro Castillo, en su primer mensaje a la Nación, de expandir el sistema de ronderos a las ciudades bajo el argumento de combatir la inseguridad ciudadana, José Luis Gil, ex integrante del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) y el ex viceministro del Interior, Dardo López-Dolz, advierten que crear una fuerza de seguridad paralela podría ser utilizada políticamente como ocurre en regímenes autoritarios como el de Venezuela con los colectivos chavistas.
El ex GEIN, José Luis Gil, señaló que en los países con sistemas de gobiernos democráticos, las rondas campesinas y urbanas no han dado resultados para reducir la inseguridad ciudadana porque están diseñadas para zonas rurales que carecen de presencia policial.
“En países con modelos de gobierno dictatorial como Venezuela, Cuba y Nicaragua, las rondas ciudadanas han servido como un grupo de fuerza de seguridad paralela a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas para sostener esos regímenes frente a los opositores. Por lo tanto, por donde se le vea sería un grave error aplicarlo en el país. Es un peligro latente el querer ampliar las rondas ciudadanas bajo el argumento de enfrentar la inseguridad porque si se les da las normas, ámbitos y atribuciones vamos a tener una fuerza paralela inconveniente para el país”, advirtió.
Asimismo, el experto en inteligencia nacional explicó que las rondas se rigen bajo el derecho consuetudinario, que se basa en costumbres ancestrales para resolver infracciones a través del diálogo y la concertación, pero si esta infracción es tomada como grave se sanciona con castigo físico.
“Las rondas son para zonas alejadas, donde no llega la Policía Nacional. No pueden ser una fuerza paralela de seguridad con otro tipo de leyes. Eso puede ser perjudicial para el país”, indicó.
Cabe resaltar, que Vladimir Cerrón, líder y fundador de Perú Libre, (partido político que llevó a la presidencia de la República a Castillo Terrones), admira y defiende a las dictaduras de Cuba y Venezuela a rajatabla, al igual que el ahora primer ministro, Guido Bellido, regímenes responsables de graves violaciones de los Derechos Humanos.
Por su parte, el ex viceministro del Interior, Dardo López – Dolz, afirmó que independientemente de la ideología que anime a crear un sistema de rondas ampliado para combatir la inseguridad ciudadana, es la historia mundial la que ha demostrado que la formación de milicias civiles “es siempre generadora de un problema más grave que el que pretende, o dice pretender, solucionar”.
“Son altamente vulnerables a su uso como herramienta de represión, espionaje y/o extorsiones políticas. Incluso las policías locales, como en México, o las organizaciones parapoliciales dependientes sólo del presidente (como ocurrió en Colombia) son más temprano que tarde, fuente de abusos”, puntualizó.
Asimismo, recalcó que, pese a que los comités de autodefensa y rondas campesinas fueron útiles para derrotar al terrorismo comunista de Sendero Luminoso, “muchos comités de autodefensa y rondas campesinas han sido infiltrados ideológicamente por el senderismo disfrazado o captados por las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y no son extraños los casos de extorsión y abusos de las rondas campesinas de la sierra norte del país”.
“Se requiere una sola fuerza policial, moderna, libre de mangoneos políticos, con buena selección, preparación, equipamiento y control. Y, por supuesto, bien remunerada para que no se sienta tentada a “agenciarse” de otro modo los ingresos para cubrir sus necesidades familiares”, agregó.
¿Qué son los colectivos chavistas?
Los colectivos en Venezuela son organizaciones paramilitares que surgieron en los años sesenta como movimientos subversivos que se enfrentaban contra el Estado a través de guerrillas.
En el 2002, resurgieron durante la presidencia de Hugo Chávez y fueron nombrados como “el brazo armado de la revolución bolivariana”, les facilitaron armas, sistemas de comunicación, motocicletas y equipo de vigilancia para ejercer control en las colinas de Caracas, donde se le prohíbe la entrada a la policía.
En ese año también fueron la fuerza de choque junto con facciones militares venezolanas para que Chávez Frías retome al poder tras su corta destitución.
Su protagonismo en defensa del régimen chavista ha sido constante. En el 2007 agredieron a estudiantes que salieron a manifestar su rechazo a Chávez y en las elecciones presidenciales del 2012 y 2013 intimidaron a la población venezolana para no asistir a votar para impedir la victoria de la oposición.
Su accionar volvió a teñir de sangre el país llanero en el 2014 y 2017, al ser responsables de los asesinatos impunes hasta ahora de decenas, si no cientos, de venezolanos en las protestas masivas contra el régimen chavista actualmente encabezado por Nicolás Maduro.
En el 2019, la Asamblea Nacional de Venezuela, de oposición que fue boicoteada por le régimen de Maduro, calificó a los colectivos como grupos terroristas por sus acciones paramilitares de violencia, amedrentamiento, asesinatos y demás delitos. Al actuar de la mano con el ejército venezolano califican sus crímenes y delitos como terrorismo de Estado.
Colectivos chavistas en Perú
En febrero del 2014, el ahora congresista de Perú Libre, Guillermo Bermejo, se presentó como líder del Movimiento Todas Las Voces, en una entrevista con el diario Correo. En el artículo titulado “Conoce a los colectivos chavistas en Perú” defendía al chavismo.
En aquella publicación, Bermejo y un grupo de simpatizantes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro afirmaron que los actos de violencia en el país llanero que provocó decenas de muertos y centenares de heridos eran generados por grupos aliados “al imperialismo norteamericano”.
El movimiento Todas la Voces fue acusado en diciembre del 2006 de querer cometer terrorismo y narcotráfico, aunque tres años después fue absuelto por la justicia peruana, al no encontrárseles pruebas.