Informes de la Contraloría General de la República afirmarían que el vinculo laboral de de Henry Shimabukuro con la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) sería irregular, pues el acta de contratación no cuenta con la firma ni el sello oficial, además, no figura como anexo el documento de la poligrafista.
Punto Final accedió al informe 004-2022 del órgano de control, respecto a las labores que vendría efectuando Shimabukuro en la dependencia de Palacio de Gobierno. Sus conclusiones son tajantes, ya que para la Contraloría la relación incumpliría con normas, como la Ley del Servicio Civil (Servir).
“Hay que subrayar que si bien es cierto es importante tener asesores para la labor de inteligencia, estos deben tener una trayectoria o de trabajo o de formación y aquí realmente no sabemos las características de este supuesto asesor”, señala Andrés Gómez de la Torre, Experto en Inteligencia.
Según el documento de la Contraloría, la relación de Shimabukuro con Palacio comienza en diciembre del 2021. No obstante, la controversia inicia en abril de este año cuando, como parte de una acción de control, se solicitó a la secretaría del despacho presidencial dicha acta.
El documento enviado al órgano de control no levaba firmas ni sellos oficiales, solo el nombramiento de Shimabukuro como colaborador.
En ese sentido, Beder Camacho aseguró que esta acta, de dos páginas, fue el mismo que recibió de manos de José Luis Fernández Latorre, jefe de la DINI en diciembre del año pasado.
Claro, vino de la DINI (documento), con su firma del señor Fernández y es así que con ese documento se solicita su pase temporal al señor Henry Shimabukuro.
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Como se sabe, Henry Shimabukuro disponía de un pase de la Oficina de Tecnologías de la Información (OTI) de Palacio y un estacionamiento, pero cuando la Contraloría solicitó información a recursos humanos, estas oficinas señalaron que no tenían registro alguno sobre sus actividades ni habían autorizado nada a su nombre.
“El señor Henry Shimabukuro no labora en la Oficina de Tecnologías de la Información del despacho presidencial. De otro lado, los estacionamientos vehiculares son administrados por la Casa militar y por ende son los que emiten los pases respectivos. La OTI no ha solicitado pase vehicular para la indicada persona”, dijeron tras ser consultados.
Adicional a ello, el 12 de abril de este año Palacio emitió un fotocheck para Shimabukuro en dónde se decía que trabajaba para la Casa Militar. La Contraloría le preguntó a esta dependencia al respecto y manifestaron lo siguiente: “Hago de su conocimiento que Henry Shimabukuro no presta servicios en la casa militar del despacho presidencial”.
Es decir, todas las dependencias de Palacio aseguraron a la Contraloría que la presencia de Shimabukuro se debió a la gestión que hizo Beder Camacho y que no tenían información al sobre sus actividades ni su contratación.
El único documento en donde figura Shimabukuro es un oficio que estuvo solo en poder de la Secretaría General del Despacho Presidencial de Palacio, primero con Camacho y luego con Jorge Alva Coronado, el secretario que lo remplazó.
Finalmente, Beder Camacho niega que Pedro Castillo le haya solicitado la contratación de Shimabukuro.