Israel bombardeó el jueves la Franja de Gaza, incluso en el sur, adonde pidió a los palestinos que se desplazaran, mientras que el ministro de Defensa israelí dijo a su infantería que se prepara para invadir, aunque no precisó cuándo.
Los abrumados hospitales de Gaza trataban de conseguir suministros médicos y combustible para sus generadores, mientras las autoridades trabajaban en la logística para la entrega de ayuda desde Egipto. Los médicos cosían heridas a la luz de los teléfonos móviles en los oscuros pabellones de Gaza, y otros utilizaban vinagre para tratar heridas infectadas.
Mientras tanto, un informe no confidencial de los servicios de inteligencia estadounidenses entregado al Congreso indicaba que la explosión en un hospital de Ciudad de Gaza había matado a entre 100 y 300 personas. La cifra de muertos “sigue reflejando una sobrecogedora pérdida de vidas”, dijeron los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos en las conclusiones, que fueron vistas por The Associated Press.
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El ejército israelí ha atacado Gaza ininterrumpidamente en represalia por un ataque de Hamas en el sur de Israel hace casi dos semanas. Incluso después de que Israel pidiera a los palestinos que evacuaran el norte de Gaza y huyeran hacia el sur, sigue bombardeando todo el territorio, aumentando el temor entre los 2,3 millones de habitantes del territorio de que ningún lugar es seguro.
El jueves, militantes palestinos dispararon cohetes contra Israel desde Gaza y Líbano, y las tensiones se recrudecieron en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel.
En un ardoroso discurso dirigido a los soldados de infantería israelíes en la frontera con Gaza, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, instó a las fuerzas a “organizarse y estar preparadas” para una orden de incursión. Israel ha concentrado decenas de miles de soldados a lo largo de la frontera.
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“Puede que tardemos una semana, un mes o dos meses en destruirlos”, añadió, refiriéndose a Hamas.
El consentimiento de Israel para que Egipto entregue alimentos, agua y medicinas supuso la primera apertura posible en su cerco del territorio. Muchos de los habitantes de Gaza se limitan a una comida al día y beben agua no potable.
Egipto e Israel seguían negociando la entrada de combustible para los hospitales. El portavoz militar israelí, contralmirante Daniel Hagari, dijo que Hamas ha robado combustible de las instalaciones de la ONU y que Israel quería garantías de que esto no volvería a ocurrir. Se esperaba que los primeros camiones de ayuda entraran el viernes, informó el noticiero estatal egipcio Al-Qahera.
Dado que el cruce fronterizo entre Egipto y Gaza en Rafah sigue cerrado, las ya terribles condiciones en el segundo hospital más grande de Gaza se deterioraron aún más, dijo el doctor Mohammed Qandeel, del Hospital Nasser, en la ciudad sureña de Jan Yunis. Se cortó la electricidad en la mayoría de los departamentos para reservarla para cuidados intensivos y otras funciones vitales, y los miembros del personal utilizaban teléfonos móviles para alumbrarse.
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Al menos 80 civiles heridos y 12 muertos fueron llevados al hospital el jueves por la mañana después de que testigos dijeran que un ataque alcanzó un edificio residencial en Jan Yunis. Los médicos no tuvieron más remedio que dejar morir a dos de los recién llegados porque no tenían respiradores artificiales, dijo Qandeel.
“No podemos salvar más vidas si esto sigue sucediendo, lo que significa que más niños... más mujeres morirán”, afirmó.
El Ministerio de Salud de Gaza suplicó a las gasolineras que dieran a los hospitales el combustible que les quedaba. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, entregó parte de las pocas reservas de combustible que le quedaban a los hospitales, según la portavoz Juliette Touma.
La donación de la agencia al Hospital Shifa de la Ciudad de Gaza, el más grande del territorio, “nos mantendrá en marcha unas cuantas horas más”, dijo el director del hospital, Mohammed Abu Selmia.
El hospital Al Ahli de Gaza aún lidiaba con las secuelas de la explosión del martes, que sigue siendo un punto de discrepancia entre Hamas e Israel. Hamas afirma que el hospital fue blanco de un ataque aéreo israelí. Israel negó estar implicado. La AP no ha verificado de forma independiente ninguna de las afirmaciones o pruebas publicadas por las partes.
La explosión del martes dejó restos mortales esparcidos por los terrenos del hospital, donde se habían congregado un gran número de palestinos con la esperanza de escapar de los bombardeos israelíes. La evaluación de Estados Unidos dice que sólo hubo “ligeros daños estructurales” en el hospital, sin que se apreciara ningún cráter de impacto.
El Ministerio de Salud de Gaza dice que 3.785 personas han muerto en Gaza desde que comenzó la guerra, la mayoría de ellas mujeres, niños y adultos mayores. Casi 12.500 personas más han resultado heridas y se cree que otras 1.300 personas quedaron enterradas bajo los escombros, dijeron las autoridades de salud.
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En Israel, más de 1.400 personas en Israel han muerto, la mayoría civiles asesinados durante la incursión de Hamas del 7 de octubre. Unas 200 personas fueron secuestradas.
El acuerdo para entregar ayuda a Gaza seguía siendo frágil. Israel afirmó que los suministros sólo podían entregarse a la población civil del sur de Gaza y que “frustraría” cualquier desvío por parte de Hamas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que las entregas “terminarán” si Hamas se lleva alguna ayuda.
Más de 200 camiones y unas 3.000 toneladas de ayuda se encuentran en el paso fronterizo de Rafah o en sus inmediaciones, listos para entrar, declaró el director de la Media Luna Roja para el norte del Sinaí, Khalid Zayed.