Perú se sumió en una crisis política después de que su presidente, Martín Vizcarra, fuera inesperadamente acusado y obligado a dejar el cargo, lo que podría complicar la recuperación económica del país.
El Congreso votó 105-19 a favor de destituir al presidente por acusaciones de corrupción. Vizcarra, que no tiene partido propio, dijo en un discurso nacional que no cuestionará la decisión a través de canales legales y que dejaría el palacio presidencial el lunes por la noche. El líder del Congreso, Manuel Merino, asumirá como presidente interino a las 10 de la mañana del martes.
Los mercados estaban cerrados cuando tuvo lugar la votación, pero es probable que la destitución de Vizcarra aumente las preocupaciones de los inversionistas en torno a la volatilidad política mientras Perú enfrenta dificultades para recuperarse de una de las recesiones económicas provocadas por el COVID-19 más profundas del mundo. Merino será el tercer presidente dentro de un solo período presidencial de cinco años.
“No veo manera de que la percepción no sea negativa”, dijo Alonso Segura, quien se desempeñó como ministro de Economía y Finanzas entre el 2014 y 2016. “La única pregunta es cuán negativa”.
La moneda y acciones peruanas se liquidarán y el riesgo país aumentará, lo que elevará los costos de endeudamiento, dijo.
La mayoría de los analistas esperaban que Vizcarra sorteara la votación, al igual que lo hizo en un intento anterior de juicio político. Su destitución se produce solo cinco meses antes de las próximas elecciones generales, que están previstas para abril.
Agresión a un legislador
Las encuestas sugieren que la mayoría de los peruanos se oponía a la destitución, y la noche del lunes se reunieron manifestantes en la plaza San Martín, a pocas cuadras del Congreso, algunos con pancartas que decían: “No a la vacancia”.
Un legislador que votó a favor de la moción recibió un golpe en la cara cerca del Congreso, aparentemente de alguien entre la multitud. En otras partes de Lima, la gente se asomaba desde sus ventanas golpeando ollas en protesta.
Vizcarra caminó por una delgada línea en Perú, aprovechando la indignación ciudadana por la desenfrenada corrupción mientras intentaba volar a la clase dirigente.
Mantuvo al público a su favor cuando disolvió el Congreso en setiembre del 2019 luego de meses de enfrentamientos con legisladores por su programa contra la corrupción. En enero se eligió una legislatura de transición.
No obstante, Perú ha estado desde entonces entre los países más afectados por el COVID-19, y su economía cayó 30.2% en el segundo trimestre, la mayor contracción registrada por un país.
Los fiscales están investigando acusaciones de que Vizcarra recibió S/ 2.3 millones (US$ 642,000) en sobornos de empresas que construían proyectos de infraestructura en la región de Moquegua, donde fue gobernador del 2011 al 2014. Vizcarra niega haber cometido algún delito y dijo que las acusaciones buscaban socavar la confianza en su Administración.
“Salgo del palacio de Gobierno como entré hace dos años ocho meses: con la frente en alto”, dijo Vizcarra en su discurso.
Años de tumulto
Los rendimientos del eurobono peruano con vencimiento en el 2050 subían 4 puntos básicos a 2.78% a las 9:36 a.m. en Londres, el más alto desde setiembre, mientras que los rendimientos de los bonos al 2027 avanzaban 2 puntos a 1.64%.
La prima de rendimiento de los bonos en dólares de Perú sobre los bonos del Tesoro estadounidense se amplió en 4 puntos básicos, según los índices de JPMorgan Chase & Co.
Además de las acusaciones de corrupción, los legisladores aludieron a temas que van desde la crisis económica hasta el manejo de la pandemia como razones para destituir a Vizcarra, cuya carencia de partido significó que no contara con un bloque que lo defendiera.
La salida de Vizcarra sigue a cuatro años de tumultos desde las elecciones del 2016, durante los cuales el Congreso, liderado por la oposición, censuró a ministros y expulsó al predecesor de Vizcarra, Pedro Pablo Kuczynski.
El costo de proteger los bonos peruanos contra el incumplimiento es similar al de Chile, aunque este último tiene calificaciones crediticias más sólidas, según muestran los swaps de incumplimiento crediticio a cinco años.
Hay “pocos países con grado de inversión puro” en la región y “los bonos de Perú están entre los más ajustados de América Latina”, dijo Todd Schubert, titular de investigación de renta fija del Banco de Singapur. “Hay poco margen para errores de política o inestabilidad política imputados en las valoraciones actuales”.