El espacio cocalero de Perú volvió a aumentar en el 2019 por cuarto año consecutivo, al hacerlo en un 1% respecto al año anterior y extenderse hasta las 54,655 hectáreas. (Reuters)
El espacio cocalero de Perú volvió a aumentar en el 2019 por cuarto año consecutivo, al hacerlo en un 1% respecto al año anterior y extenderse hasta las 54,655 hectáreas. (Reuters)

Perú, el segundo mayor productor mundial de cocaína, se ha puesto como meta para el 2030 pasar de 40.5% a 63.5% de producción evitada de cocaína, un objetivo ambicioso después de que este mes se conociese que su superficie de cultivos ilícitos de hoja de coca ha aumentado por cuarto año consecutivo.

El gobierno publicó, este lunes en el diario oficial El Peruano, la política nacional antidrogas, la primera de la historia de Perú establecida como guía para combatir el narcotráfico y el consumo de drogas en el país durante la próxima década.

Según este documento, Perú llegaría a producir actualmente 651 toneladas métricas de cocaína al año si no hubiese acciones para evitarlo por parte de las autoridades, quienes calculan que su trabajo impide que el 40.5% de ese potencial productivo, equivalente a 264 toneladas, termine en el mercado.

Sin embargo, hay otras 387 toneladas métricas de cocaína salidas de sus cultivos ilícitos de hoja de coca que acaban en su gran mayoría exportadas cada año a buena parte del mundo, especialmente a Estados Unidos, Europa y Brasil, los principales consumidores globales.

Ratifica estrategias

Por ello el objetivo de la novedosa política nacional antidrogas de Perú es que en el 2030 se evite la producción de hasta 413 toneladas métricas al año, lo que reduciría en 38.5% la cantidad que llega al mercado global, que sería de 238 toneladas.

Para ello propone continuar con las políticas y estrategias emprendidas hasta ahora, especialmente la erradicación de cultivos ilícitos y los programas de cultivos alternativos y de mejora de oportunidades a los campesinos de las zonas productoras, habitualmente de sectores vulnerables y en condición de pobreza.

También continuar con los decomisos de drogas, cuyos resultados han aumentado notablemente en los últimos años, y también de los productos químicos utilizados por los narcotraficantes para elaborar la cocaína.

Frontera cocalera avanza

Pese a estos esfuerzos, el espacio cocalero de Perú volvió a aumentar en el 2019 por cuarto año consecutivo, al hacerlo en un 1% respecto al año anterior y extenderse hasta las 54,655 hectáreas.

La política nacional no contempla de momento un enfoque particular para el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), la mayor cuenca cocalera de Perú, que alberga casi la mitad de los cultivos ilícitos de todo el país y que es capaz de producir alrededor de un 70% de toda la cocaína fabricada en el país, según cálculos de autoridades.

EL Vraem es una zona agreste y escarpada de selva montañosa en la vertiente oriental de los Andes peruanos en constante estado de excepción por ser el reducto del remanente del grupo terrorista Sendero Luminoso, que según las autoridades controla la zona en connivencia con el narcotráfico.

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