La ministra de Cultura, Patricia Balbuena, revisó junto a un equipo de especialistas el estado de una serie de 50 geoglifos (dibujos en la tierra) hallados recientemente en el conjunto de las Líneas de Palpa, antecesoras de las famosas Líneas de Nasca, informó el Ministerio de Cultura.
Balbuena destacó que, a diferencia de las Líneas de Nasca, una de las ventajas de los geoglifos de Palpa es que no requiere hacer un sobrevuelo para observarlos en toda su magnitud, lo que facilitará la implementación de rutas turísticas.
Entre las figuras representadas en las Líneas de Palpa hay una orca, un mono, una bailarina y un pelícano, dibujados por la civilización prehispánica Paracas hace unos 2,700 años, lo que sirvió de influencia para sus sucesores, la cultura Nasca.
"Seguimos hallando más geoglifos, lo que nos revela que toda esta zona fue una gran telar en el que los Paracas han ido dibujando a lo largo de todo el periodo de su cultura", comentó Balbuena.
"Esto se mantuvo con los Nasca, cuyas figuras ya conocemos, pero a diferencia de los Nasca, que trabajaban en el desierto, los Paracas lo hicieron en las laderas de los cerros", agregó.
El descubrimiento, revelado en el mes de abril, fue fruto de una investigación de un grupo de arqueólogos peruanos con el apoyo de la revista estadounidense National Geographic en la que se emplearon imágenes de satélite, escaneos en tres dimensiones y drones, nunca antes utilizados en la zona.
Las Líneas de Palpa y de Nasca se encuentran en la costa desértica del sur de Perú y muestran geoglifos de animales, seres zoomorfos, plantas y figuras geométricas que en algunos casos solo pueden verse completas desde el aire debido a su gran tamaño.
Los geoglifos de Palpa fueron descubiertos en 1926, un año antes que las figuras de Nazca, descubiertas en 1927 y más famosas por tener mayor complejidad y ser el legado más importante de la cultura Nasca, que se desarrolló entre el año 100 antes de Cristo y el 600 de nuestra era.