
Estudiar una carrera acreditada puede marcar una diferencia real al momento de ingresar al mundo laboral. Hoy los empleadores no solo revisan el título profesional, sino también si la formación del candidato ha sido evaluada externamente y cumple estándares verificables de calidad.
Por ello, el Sineace —entidad responsable de asegurar la calidad educativa en el país— continúa acreditando programas que demuestran pertinencia curricular, procesos formativos sólidos y resultados comprobables en sus egresados.
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Una acreditación certifica que una carrera cumpla 34 criterios que las empresas consideran claves al contratar, entre ellos:
- Planes de estudio actualizados
- Docentes calificados
- Gestión de la investigación
- Compromiso social
- Mejora continua
- Alta empleabilidad
En el campo de la ingeniería y la tecnología, los empleadores también valoran las acreditaciones otorgadas por organismos especializados como ICACIT, que evalúa si los programas cumplen estándares internacionales orientados a garantizar que el egresado posea competencias técnicas pertinentes, especialmente en áreas como desarrollo de software, gestión de sistemas y transformación digital.
Para las empresas, este tipo de avales se ha convertido en una herramienta confiable para identificar perfiles preparados para responder a demandas laborales en constante evolución.
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“La acreditación refleja el trabajo sostenido de la comunidad universitaria por brindar una formación de alto nivel y con impacto real en la empleabilidad de nuestros estudiantes”, señaló Enrique Vásquez, rector de la Universidad Autónoma del Perú.
De esta manera, los procesos de acreditación permiten a las instituciones reforzar sus mecanismos internos de evaluación y mejora continua, alineando la formación académica con estándares exigidos por el mercado y la sociedad.








