Virus del devengado: ¿Fábula o realidad? por Francisco Pantigoso Velloso da Silveira, catedrático de las Universidades del Pacífico y UPC
(Foto: GEC)
Virus del devengado: ¿Fábula o realidad? por Francisco Pantigoso Velloso da Silveira, catedrático de las Universidades del Pacífico y UPC (Foto: GEC)

Catedrático de las Universidades del Pacífico y UPC

En esta época, el “devengado” será el virus que va a matar a las empresas. He aquí la fábula cuyo protagonista es la empresa XX. Y cualquier similitud con alguna empresa que Ud. conozca es simplemente mera coincidencia:

Había una vez una empresa XX con sus clientes fijos a los que siempre les facturaba. Iba la cosa transcurriendo de manera normal en el verano de 2020, y de repente llegó el COVID19 y paralizó las actividades en general. La empresa XX ya había facturado en el mes de marzo, y el dilema era facturar en abril.

Los clientes fijos solían pagar puntualmente por los servicios. Estos pagos infelizmente no llegaron, pero XX debía computar estos ingresos para los pagos a cuenta del IR y para el IGV, ya que por Ley se sigue el criterio del devengado. Pero si no se perciben los abonos de los clientes en una cadena de desembolsos, ¿cómo pagará XX sus obligaciones tributarias?.

El apoyo del Decreto Legislativo 1471 sobre suspensión y disminución de pagos a cuenta (para abril a julio) no lo benefició, pues la facturación existía como una plantilla mensual y si no se facturaba a tiempo, los clientes ni programarían los pagos ni efectuarían los abonos respectivos. Pero como se dijo, los clientes nunca pagaron. Y XX, por culpa del virus del devengado (paralelo al del CIVID19) declaraba sin pagar, hasta que terminada la suspensión de las actuaciones de SUNAT, ésta le notificó, un buen día, los valores de cobranza, que acabaron en embargos de cuentas y bienes, y el cierre final de la empresa. El virus entonces del devengado atacó mortalmente a los pulmones de la empresa, sin dejarla respirar.

Y XX se dio cuenta que la vida es de paradojas: sin facturar no llega el susodicho virus, pero sin facturar también no llega el cobro y la ansiada liquidez; pero si factura, le notifica el Fisco una deuda y lo aniquila (salvo se den fraccionamientos esperados). Ser o no ser. Ninguna de las anteriores. Fábula de la contradicción vital y viral. Moraleja: la vida real supera la ficción más ilustrada.

¿Queremos que la fábula del virus del devengado se repita?. El Estado tiene la palabra y el corazón, más que una razón de recaudación pura y fría.

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