Escribe: Jose Deustua, director de UTEC Ventures.
Esta es una pregunta que resuena con frecuencia entre emprendedores, inversores y stakeholders en el mundo empresarial. Sin embargo, responderla es una tarea que desafía los métodos de valorización tradicionales. En Perú, un país con un crecimiento significativo en su ecosistema de startups, la pregunta cobra especial relevancia.
La dificultad principal para responder esta pregunta radica en la naturaleza misma de las startups en etapa temprana. Estas empresas, por definición, se encuentran en una fase inicial donde la incertidumbre es una constante. La falta de datos históricos es un obstáculo significativo que dificulta la aplicación de métodos de valoración convencionales. Sin un historial financiero que respalde su desempeño y con proyecciones que pueden variar ampliamente, la tarea de valorar una startup se convierte en un ejercicio desafiante.
Existen cuatro métodos recomendados para valorar una startup de manera efectiva. El primero es el método de replicabilidad o “Replacement Valuation”, que evalúa el costo de reemplazar los logros actuales de la startup desde cero, considerando aspectos como clientes, plataforma, equipo y activos. Aunque útil, su dificultad para incluir el factor tiempo lo hace poco preciso.
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El segundo método es el método cualitativo de Berkus, que evalúa cinco áreas clave: equipo, producto, mercado, tracción y compromiso de inversores. En este método, se asignan valores monetarios entre cero y medio millón de dólares a cada una de estas áreas clave, en función de su potencial de impacto en el éxito futuro. Luego, estos valores se suman para obtener una valoración total de la empresa. Aunque este método es cualitativo y subjetivo, su simpleza lo hace atractivo.
El tercer método es el de comparables o múltiplos. Este método es el más comúnmente utilizado y consiste en comparar la startup con empresas similares que han conseguido financiamiento recientemente, contrastando variables como equipo, tecnología y tracción en el mercado. Este método puede ser desafiante por los requerimientos de información, pero permite obtener un rango de valoración basado en transacciones reales.
Por último, está el método de descuento del valor futuro de la inversión, el cual busca determinar el valor presente de una potencial venta futura de la startup. A diferencia del enfoque de flujo de caja proyectado, este método se centra en una única valoración futura de la empresa. De esta forma, se define este valor esperado y se ajusta a valor presente usando una tasa de descuento que refleja el riesgo; generalmente entre el 40% y 60% en etapas tempranas. Este método pone énfasis en el equipo emprendedor y su capacidad para lograr crecimiento y éxito en el futuro.
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Independientemente del método que utilicemos para valorar una startup, será vital evaluar la capacidad de su equipo fundador para convertir ese potencial en realidad. En esta fase inicial de la empresa, el equipo es el activo más valioso. Por ello, es fundamental que el equipo esté dedicado a tiempo completo, cuente con una parte técnica potente, con experiencia en el sector y un alto nivel de motivación, determinación y el ‘drive’ necesario para superar los desafíos que enfrentan las startups.
En el ecosistema peruano, las startups de software en etapas iniciales que cuentan con un equipo sólido, un prototipo desarrollado y casos de uso, suelen cerrar rondas de inversión con una valorización entre US$ 1.5 millones y US$ 2.5 millones. Sin embargo, es vital entender que la valoración de una startup es dinámica y estará influenciada por la oferta y demanda. Si varios inversores muestran interés al precio propuesto, ese valor probablemente se valide. Por el contrario, si hay resistencia a invertir a ese nivel, será necesario reconsiderar y ajustar la valoración.
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Finalmente, es crucial para los inversores reconocer que no hay una ventaja inherente en reducir la valoración de una startup. Una valoración más baja no garantiza una mayor rentabilidad futura, ya que es importante para la salud de la startup mantener cierto margen para siguientes rondas de financiamiento. Así pues, se debe evitar diluir excesivamente a los fundadores si queremos facilitar el ingreso de nuevos inversores estratégicos en el futuro. Por otra parte, un equipo que defienda firmemente su valoración será más determinante en la ejecución que aquellos que muestran una disposición inmediata a reducir el valor de su empresa.
Para aquellos inversores que deseen sumergirse en este mundo de inversión en startups, en Perú existen redes de ángeles inversionistas que ofrecen un excelente punto de partida. Estas redes proporcionan un entorno enriquecedor donde los nuevos inversores pueden aprender de aquellos con experiencia y acceder a oportunidades de inversión seleccionadas. Tanto los representantes de empresas como los inversionistas individuales pueden unirse a estas redes y contribuir al crecimiento de las startups peruanas.
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