Socio de Consultoría de EY Perú
Una de las pocas consecuencias positivas que trajo el COVID-19 es que la transformación digital dejó de ser una tendencia para convertirse en una realidad. El último estudio sobre madurez digital de EY Perú “Impacto de la crisis en la madurez digital de las empresas peruanas” afirma que el 15% de las empresas peruanas tiene un nivel avanzado y el 73% está en camino hacia la madurez digital. Es así que, si bien algunas tienen iniciativas encaminadas, existen numerosas oportunidades para que la integración digital sea uniforme.
El reto de un proceso de transformación digital es que realmente genere una transformación en la organización, y que no sea simplemente la implementación de un canal digital o de la digitalización de un proceso. Se requiere una visión más amplia, que genere mayores beneficios que van más allá del corto plazo y que repercutan en el desarrollo de la compañía.
En este sentido, es importante ver la transformación digital de manera holística. Lo primero, que tenga sentido de negocio; es importante entender bien las necesidades y oportunidades de negocio y el potencial beneficio, que no es necesariamente financiero. Éste puede ser de experiencia de cliente, impacto en la sociedad, medio ambiente, entre otros, pero siempre generando valor.
Una vez identificado el beneficio, está la tecnología, que es el habilitador de la transformación digital, pero tengamos presente que no el objetivo. Las tecnologías emergentes como cloud, advanced analytics, inteligencia artificial, automatización, son las herramientas que nos van a permitir entender mejor a nuestros clientes y al mercado, o desarrollar las soluciones digitales. El estudio nos muestra algunas cifras sobre las principales tecnologías que las empresas peruanas están considerando utilizar para sus procesos de transformación digital. El 82% afirma que apunta a big data y analytics, mientras el 65% piensa en inteligencia artificial y automatización robótica. Como consecuencia de este nuevo contexto, los encuestados indican que roles más demandados son el de analista de datos y big data y analistas de marketing digital.
Sin embargo, ninguna transformación digital será efectiva si no va acompañada de un cambio cultural, pues los procesos, metodologías y formas de ver los problemas y soluciones son totalmente distintas. Es por ello que este proceso de cambio que lleva a que las personas aprendan a desaprender debe ser liderado por el CEO de la organización, y no por un área de Transformación o Innovación.
Hoy, las organizaciones se vuelven más horizontales, multifuncionales y cambian constantemente. Los equipos necesitan ser diversos e inclusivos, contemplando personas de diferentes edades y con experiencias variadas, ya que los equipos de trabajo se arman y desarman según los requerimientos de las iniciativas.
Finalmente, pero no menos importante, está el tema de seguridad. El mundo digital nos abre una infinidad de posibilidades y beneficios. Sin embargo, también se pueden abrir puertas para robos de información o datos críticos. Es por eso que una estrategia de transformación no está completa si no lleva un componente de ciberseguridad que mantenga protegida la información frente a potenciales ataques cibernéticos, actuando de forma previsiva y no reactiva.
Esta visión integral y holística de la transformación digital llevará a las organizaciones a ser más exitosas en sus procesos, minimizando riesgos y maximizando beneficios, y es fundamental para que la transformación digital sea realmente sostenible en el tiempo, generando mayor valor a las organizaciones.