Decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP)
Frente a un contexto actual de incertidumbre y de pospandemia, los empresarios están siendo muy cautelosos respecto a sus decisiones. En los sectores más afectados, hay casi una parálisis entendible, mientras que en otros se está retomando el rumbo. Teniendo en cuenta la realidad empresarial, se pueden resaltar las cinco acciones más comunes que se están tomando en la actualidad y que se proyecta que serán el foco para el 2022.
En primer lugar, se continúa buscando la eficiencia. Esta es una palabra clave este año. Para poder tomar la dirección hacia ese camino, un aspecto esencial es el recurso humano. Muchas empresas redujeron la cantidad de colaboradores y no lo han repuesto, algunas lo han incrementado, pero no al nivel prepandemia. Además, se deben replantear los recortes de beneficios y cambios en los sueldos que se aplicaron, entre otros.
Otro factor importante para alcanzar la eficiencia es el control estricto de los gastos y la búsqueda permanente de herramientas para reducir los costos. Algunas medidas que contribuyen con ello son el análisis de los proveedores y los insumos; la búsqueda de lotes de producción más eficientes, y optar por importaciones de orígenes más cercanos, a causa del alza de los fletes. Sin embargo, siempre hay que tomar atención a los temas de calidad y servicio, que se podrían ver afectados.
La segunda tendencia para este año es el cuidado de la caja. Se debe reforzar doblemente, a través del análisis de flujos proyectados más minuciosos; la refinanciación de deudas; el pago a los programas de financiamiento, etc. También se debe ejercer un mayor esfuerzo para el incremento de las ventas y las solicitudes de cobranzas. En algunos casos, se puede optar por la realización de inventarios, mediante una estrategia potente de precios. Finalmente, es importante fortalecer e incrementar los canales de ventas, con mayor énfasis en los virtuales.
Redoblar los esfuerzos en la gestión es otra de las tendencias que se sugiere aplicar. Para ello se debe ejercer el micromanagement: mucha supervisión, seguimiento a las acciones de los colaboradores a todo nivel y enfoque para la optimización de resultados. Hay menos espacio para errores y es crucial la optimización del tiempo. La comunicación, el trabajo en equipo y el liderazgo garantizarán un funcionamiento eficiente en este frente.
En cuarto lugar, se encuentra el retorno a la presencialidad. Priorizando la asistencia física de los puestos claves y manteniendo el home office para aquellos que no lo son, siempre analizando el impacto en los costos. Se requiere de grandes esfuerzos para cambiar la modalidad nuevamente a netamente presencial, por lo que se debe ser flexible y trabajar buscando más eficiencia y mejor gestión.
Finalmente, la proyección a mediano plazo es una tendencia que debe estar siempre presente. Es indispensable contar con planes y proyectos en cartera para aplicarlos en el momento en el que las condiciones sean adecuadas. Si bien es cierto que el corto plazo ha sido el foco de atención, ya es tiempo de proyectarse al futuro como antes. La reacción oportuna es lo que nos puede diferenciar de la competencia.