Escribe: Juan Pedro Oechsle, CEO de Banco Santander Perú
El Perú posee condiciones excepcionales para regresar al escenario económico mundial, con importante protagonismo. Hay una coyuntura favorable respecto al panorama de hace tres años, cuando enfrentábamos una crisis política, climática, social y los estragos de una pandemia terrible. Esta recuperación ha sido producto de nuestros sólidos fundamentos económicos –que han mostrado notable resiliencia–, de un país que destaca por las oportunidades que ofrece al inversor y de un entorno de crecimiento que debemos aprovechar. Sin embargo, aún existen muchos factores por corregir.
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Un claro ejemplo de nuestro potencial es el reciente Foro APEC, que reunió a autoridades y representantes de 21 economías del Asia-Pacífico, así como a empresarios extranjeros interesados en apostar por nuestro país. A ello se suman inversiones como el megapuerto de Chancay, el nuevo terminal del aeropuerto Jorge Chávez, la reactivación de Tía María, el anillo vial, entre otras en agro, minería e infraestructura y otras.
Estos hechos nos confirman el alentador escenario en el que nos hallamos. No obstante, si deseamos aprovechar plenamente las oportunidades que tenemos, se requiere brindar mejores condiciones a los distintos sectores para su crecimiento. Si bien hay que mirar el vaso medio lleno, necesitamos llenar la otra mitad; y para lograr ello, tenemos que abordar nuestros problemas desde dos frentes: la ciudadanía, y el sector privado/Estado.
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En el primer caso, es primordial generar conciencia en la población para que sepa qué debe valorar y exigir a la propia sociedad y a los gobernantes. Aspectos como una mayor seguridad, mejoras en la salud y en la alimentación así como el voto consciente (para elegir a gobernantes correctos), y reconocer la importancia del desarrollo de infraestructura y de los servicios básicos para el crecimiento de un país, deben ser el objetivo de los peruanos. Estos problemas requieren soluciones urgentes y decisiones con visión de futuro.
Pero no basta solo ello. En un país en vías de desarrollo como el nuestro, que hace una década crecía a tasas de 5%, pero que, producto de varios factores entre ellos la volatilidad política, sufrió una fuerte desaceleración, es importantísimo estructurar a las empresas y al Gobierno para que trabajen juntos. Solo de esa manera podremos aprovechar el impulso de nuestro PBI, que ya empieza a crecer a tasas sobre el 3%.
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La unión hace la fuerza. Primero, entre empresas y gremios, debemos dar el ejemplo y consolidar esfuerzos para tener mayor impacto en temas tan relevantes como la alimentación y la educación de cara a que más peruanos tengan mayores oportunidades y empleabilidad pues hay una correlación directa entre alimentación y coeficiente intelectual (IQ) de la población y entre el IQ y el crecimiento de los países.
Adicionalmente, la unión de ambos sectores (público y privado) es trascendental para que, con mayor frecuencia, personas mejor preparadas decidan involucrarse en política, y así lograr defenestrar la corrupción del Estado y emplear adecuadamente los recursos nacionales. Ante ello, es indispensable reducir la burocracia y eliminar prácticas de favoritismo que bloquean el acceso de personas competentes y comprometidas a los espacios de decisión.
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Estos factores, que apuntan a mejorar la institucionalidad del país y a lograr condiciones para un mejor clima de negocios y de desarrollo social, son fundamentales para aprovechar plenamente nuestro potencial como país. Ello es vital si tomamos en cuenta que, en un contexto global, el Perú no compite solo. América Latina es un mercado competitivo donde países como Chile, Brasil, Uruguay, Colombia y México también buscan atraer inversión extranjera. Esto se debe ejecutar ya. Nuestro país compite por atraer capital económico y humano, y debemos atraerlos y retenerlos.
En el caso de la CADE 2024, que tiene lugar en Arequipa, este espacio de diálogo y de análisis de propuestas debe ser la oportunidad para que el sector público y el privado se unan y avancemos. No podemos tener decenas de entidades que persiguen lo mismo, con propuestas independientes. El Perú requiere avanzar y consolidar iniciativas, a fin de amplificar su impacto en beneficio de nuestra economía y sociedad.
Nuestro país está lleno de oportunidades para quienes estén dispuestos a aprovecharlas. Con visión y acción podemos retomar un crecimiento sostenido, superar el 5% y generar empleo y bienestar. Actuemos hoy para construir el futuro que queremos para nuestro querido Perú.
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