Analista de Estrategia de Inversión de Sura
La aparición del coronavirus puso en relieve lo trascendental que es conocer cuál es nuestra tolerancia al riesgo y capacidad para asumir pérdidas al momento que realizamos una inversión.
A pesar de que los portafolios de inversiones de los principales gestores de activos se fueron recuperando en el transcurso del tiempo, es importante recordar que, al inicio de la pandemia, estos sufrieron una desvalorización importante como consecuencia directa de las medidas de confinamiento que se implementaron en los diferentes países del mundo, así como el desconcierto acerca de cómo sería la nueva normalidad.
Tradicionalmente, cuando ocurre este tipo caídas en las inversiones, el impacto no es el mismo para todos los inversionistas, pues este no solo depende del nivel de diversificación que se ha realizado sino también del perfil de riesgo que posee la persona.
En tal sentido, para construir un portafolio robusto, que sea capaz de enfrentar las caídas y aprovechar las subidas, es fundamental que como inversionistas conozcamos nuestro perfil de riesgo, pues este es el punto de partida por el cual se iniciará una selección y posterior recomendación de valores por parte de un asesor especializado en cuanto a qué tipo de activos se ajustan a nuestros objetivos y necesidades particulares.
¿Qué es el perfil de riesgo?
Es el conjunto de todos aquellos atributos que determinan nuestras características como inversionista y sirve para medir el nivel de volatilidad que somos capaces de asumir al momento de realizar una inversión. Para poder descubrir nuestro perfil, es necesario tener en claro los objetivos de rentabilidad que deseamos lograr y el horizonte de tiempo que estamos dispuestos a conservar los activos que conformen nuestro portafolio de inversiones.
Asimismo, se evalúan factores como el nivel de disposición por estar invertido en ciertas clases de activos (acciones, bonos, alternativos), así como el apetito, tolerancia y capacidad financiera para asumir un mayor riesgo.
Un punto importante a tener en cuenta es que nuestro perfil como inversionista no necesariamente es igual a como somos en nuestro día a día. Por ejemplo, una persona puede ser muy conservadora en su forma de comportarse y vivir su vida cotidiana, guardando los cuidados necesarios y no exponiéndose a situaciones que puedan llevarle a correr algún peligro; pero, en materia de inversiones, puede ser bastante dinámico a la hora de administrar su patrimonio, e invertir sus ahorros personales directamente en los mercados accionarios de las bolsas de valores, es decir, asumiendo más riesgos.
¿Por qué es importante realizar un buen perfilamiento?
Porque nos ayuda a saber si somos conservadores o agresivos al momento de manejar nuestro patrimonio. Realizar un perfilamiento adecuado, asesorado por un conocedor del mercado, es un paso crítico, pues marca los cimientos de las futuras decisiones de inversión que tomemos y facilitará la mejor selección de aquellos instrumentos financieros que encajen mejor con nuestras preferencias y necesidades.
Asimismo, un correcto perfilamiento ayuda a minimizar el Riesgo de Suitability, el cual se refiere a la falta de idoneidad al momento de elegir activos que no son acordes con nuestro perfil. Esto nos lleva a estar expuestos a un nivel de riesgo inadecuado en nuestro portafolio de inversiones, lo cual puede provocar pérdidas mayores de las que podemos tolerar.
¿Qué debo tener en cuenta como inversionista al momento de evaluar mi perfil?
- Mi capacidad para correr riesgos: Se refiere a mi tolerancia ante cambios de tendencia o volatilidad de los mercados financieros, mi horizonte temporal de inversión, mi nivel de ingresos esperados, las obligaciones financieras que poseo con terceros y mi nivel patrimonial. Además, se incluyen también aspectos cualitativos, tales como mi edad, mi grado de formación académica, así como mi situación laboral y familiar, pues todos estos factores ayudarán a determinar la capacidad que poseeo para soportar la incertidumbre que existe sobre el rendimiento periódico de mi inversión.
- Mi disposición para asumir riesgos: Es la actitud que tengo frente al riesgo y se basa principalmente en factores psicológicos, así como mi nivel de comprensión y conocimientos acerca de los mercados financieros. Normalmente, la evaluación de la actitud de un inversionista sobre el riesgo suele ser bastante subjetiva debido a los sesgos que posee, siendo esto parte del campo de estudio de las finanzas conductuales. En tal sentido, con el objetivo de tener una medición real acerca de la disposición de una persona, se suele realizar un breve cuestionario que intenta clasificar su nivel de aversión y tolerancia al riesgo.
En general, el perfil de riesgo brinda una mayor claridad sobre el tipo de inversionista que somos, y es a partir de allí de donde se puede empezar a explorar diversas alternativas de inversión.
Es importante tener en cuenta que tanto los asesores financieros como las empresas especializadas en la gestión de inversiones tienen la obligación de informar a sus clientes las características y riesgos de los productos que vayan a incluir en su portafolio de inversiones, así como ayudarlos a definir qué tipo de instrumentos financieros se ajustan mejor con sus intereses, prioridades y objetivos.
Finalmente, recordemos que, una buena estrategia de inversión debe siempre procurar construir un portafolio diversificado que brinde el mejor retorno posible dado el nivel de riesgo que se esté dispuesto asumir.