En noviembre último, el Poder Ejecutivo anunció que elaboraba un proyecto de ley para permitir que los jóvenes que cursen una carrera técnica o universitaria puedan acceder a créditos educativos, con tasas preferenciales, largos periodos de pago y plazos de gracia. Se trataría de un programa dirigido principalmente a jóvenes cuyas familias tengan problemas de acceso al crédito, a quienes se les daría largos años para pagar. De esta manera, los estudiantes podrían financiar sus estudios y pagar el crédito cuando tengan un empleo, coadyuvando o liberando a sus familias de la carga económica que ello implica.
Fue muy positivo que el anuncio haya venido no solo del ministro de Trabajo, Daniel Maurate, sino también del ministro de Economía, Alex Contreras, lo cual daba una señal de ser una iniciativa bien coordinada y que pronto vería la luz. Sin embargo, a pesar de que el proyecto se anunció para diciembre, no se ha presentado hasta el momento y se conoce aún muy poco de sus alcances.
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¿Por qué es importante? Sucede que más allá de algunas iniciativas aisladas, nuestro país carece de una política integral para los cerca de 400,000 jóvenes que anualmente egresan de las escuelas y buscan su adecuada inserción al mercado laboral. Los jóvenes deberían estar en el centro de las políticas públicas, pues la tasa de desempleo juvenil es casi cuatro veces el desempleo adulto. Los jóvenes sin oportunidades desconfían del sistema y pueden consolidarse como el caldo de cultivo más importante para la acechante delincuencia. Últimamente, el INEI reveló que solo entre enero y junio del 2023, migraron más de 400,000 peruanos, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes. Por ello, es urgente tomar medidas para este grupo.
Actualmente, los estudiantes con excelente rendimiento y pocos recursos acuden al buen programa “Beca 18″; sin embargo, solo se benefician alumnos de 5to de secundaria en situación de pobreza o pobreza extrema y se deja de lado a un universo muy grande de jóvenes cuyas familias, si bien no están en situación de pobreza, no pueden financiar largos periodos de estudios o financiar a más de un joven estudiante en la familia.
Algunos aportes
Por lo adelantado por los titulares de ambas carteras, el nuevo programa apuntaría a ser masivo y estaría dirigido a todo estudiante que logra ingresar a una universidad o a un instituto técnico, lo cual es positivo pues abarcaría a una población cercana a 340,000 jóvenes de secundaria que no logran acceder a estudios superiores o que no pueden culminarlos, justamente por limitaciones económicas.
Es importante que el proyecto exija al alumno demostrar un rendimiento promedio adecuado durante su periodo de estudios (no necesariamente los primeros lugares) y evalúe alguna cláusula para que el apoyo recibido reditúe también –en reciprocidad– al país. Esto podría significar que, al menos por un periodo, que el joven se comprometa a trabajar en el Perú y tenga incentivos para quedarse. Si continúa la migración de nuestros talentos, otros saldrán ganando a costa nuestra.
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Otro tema importante del proyecto anunciado es que no financiará todas las carreras sino las “más rentables”, es decir, las que puedan garantizar un retorno para pagar el crédito. En este punto, será muy importante considerar el criterio de “carreras más demandas por el mercado”. Recordemos que el nivel de inadecuación laboral en el Perú es muy grande. Por diversos motivos, nuestros jóvenes estudian carreras poco demandadas y terminan en el subempleo. Este punto es crucial para identificar las “carreras más rentables y más demandadas por las empresas” en nuestro país. Lo importante es vincular este tipo de esfuerzos al desarrollo productivo del país, a los proyectos o megaproyectos en marcha y, en fin, a todas las potencialidades que tiene nuestro país.
Otro punto importante será lograr que la mayor cantidad de universidades o institutos públicos y privados puedan participar y ser calificados y sus estudiantes puedan acceder al crédito, sin que haya segmentos preferenciales, siempre que cumplan con las exigencias requeridas vinculadas a la calidad educativa que prestan.
Con esta iniciativa, se abrirá la oportunidad de poner en agenda otros temas urgentes vinculados a los jóvenes, como su acceso al primer empleo, la capacitación laboral, las prácticas preprofesionales, los internados más dignos para los jóvenes de medicina, entre otros. Ojalá pronto se debatan más y nuevas iniciativas para los jóvenes y evitemos así la preocupante fuga masiva de talentos que hoy vemos.
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