Experto en Proyectos & Infraestructuras de Damma Legal Advisor
En medio del complicado contexto político nacional y mundial, el viernes terminamos el día con una buena noticia para el sector infraestructura: la aprobación de la Adenda 13 del Proyecto Majes-Siguas por parte del Consejo del Gobierno Regional de Arequipa, en una apretada votación que, incluso, tuvo que definirse en un desempate con el voto dirimente del presidente de dicho consejo.
Se mira por donde se mire, la firma de la Adenda 13 y, con ello, el inicio de la ejecución del Proyecto Majes es, sin duda, una excelente noticia para la Región Arequipa y para todo el país. Se estima que el proyecto generará una inversión de US$ 654 millones, añadiendo 38,500 hectáreas de riego a la región y, además, miles de puestos de trabajo durante las diferentes etapas de vida del proyecto.
La aprobación de la Adenda 13 permitirá destrabar este importantísimo proyecto que, como se sabe, se encontraba a punto de quedar en nada (perdiéndose así todos sus beneficios) debido a la inacción y falta de decisión de las diferentes entidades involucradas en el proyecto. Hace algunas semanas el concesionario había iniciado el proceso de caducidad para dar por terminado el contrato de concesión, luego de haber esperado más de cuatro años que se aprobara la referida adenda la cual incorporaba un cambio tecnológico que implementa un nuevo sistema de distribución de agua presurizado por tuberías.
Sin embargo, no debemos perder de vista que el Contrato de Concesión del Proyecto Majes-Siguas se firmó el 2010, es decir, nos ha tomado más de 12 años estar listos para ejecutar el proyecto. Resulta claro que, a este ritmo, va a ser imposible siquiera acercarnos a cerrar la brecha de toda la infraestructura del país; por el contrario, muy probablemente dicha brecha seguirá incrementándose. Varios otros proyectos emblemáticos se encuentran a la espera de la toma de decisiones de diferentes entidades del Estado para poder ser ejecutados y generar así las inversiones y puestos de trabajo que tanto necesita el Perú en este momento, en que nos encontramos de salida de la pandemia (y, lamentablemente, entrando a una situación geopolítica mundial muy compleja por la invasión de Rusia a Ucrania).
Entre estos proyectos, y sin que esta lista sea taxativa, podemos mencionar a Chavimochic, pendiente de que el Ministerio de Agricultura defina si el actual concesionario continua con la ejecución de la primera fase del proyecto; el Gasoducto del Sur, pendiente de que el Ministerio de Energía y Minas defina cómo se re-licitará el proyecto, mientras los activos del proyecto continúan perdiendo valor por el simple paso del tiempo; el Muelle Norte, en el que, increiblemente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones no ha respondido a la propuesta del concesionario para realizar una mayor inversión a la prevista inicialmente en el contrato de concesión; y el Anillo Vial Periférico, que se encuentra, después de casi 10 años de presentada la iniciativa privada por parte de un consorcio internacional, aún pendiente de ser declarado de interés por parte del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Cada uno de estos proyectos (así como otros más en situaciones similares que no permiten que se inicie o continue su ejecución), tienen una problemática particular a resolver, pero comparten una misma característica: en todos ellos, las entidades gubernamentales responsables de destrabar y viabilizar los proyectos, no lo están haciendo.
Esperemos que la aprobación de la Adenda 13 del Proyecto Majes-Siguas, a pesar de la inexcusable demora, sirva como ejemplo y se tomen las decisiones necesarias para que otros proyectos también puedan ver la luz y, con ello, generar las inversiones y puestos de trabajo que el Perú necesita.